domingo, 13 de enero de 2013

TELEMADRID: LOS MISMOS DIRECTIVOS PARA DIRIGIR A UN 77,5% MENOS DE TRABAJADORES

Silvia Padrón

Los pasillos de Telemadrid están llenos de pancartas, de dibujos hechos por niños, hijos de trabajadores, perdón, extrabajadores del medio, en el que piden a los Reyes Magos que sus papás vuelvan a sonreir. También hay fotos de niños en las que se lee: “mis padres se conocieron en Telemadrid”. Veintitrés años dan para mucho, también para enamorarse, casarse, tener hijos… y ser despedido. Los trabajadores que llevaban 23 años percibirán una indemnización de 33.000 euros.
Entre la noche del viernes y el mediodía del sábado se sucedieron muchas noticias. La peor: que los burofaxes con los despidos ya habían salido de la sede y la mayoría los recibiría en su casa el sábado. Y así fue, a las 9 de la mañana empezaban a recibirlos. En Correos reforzaron el turno de un sábado normal. A la empresa le ha costado 25.000 euros enviar los burofaxes, pero a cambio se ha ahorrado mirar a la cara a los trabajadores.
El viernes por la tarde los trabajadores ya sabían que cuando salieran no volverían a entrar, así que se quedaron. Se constituyeron en asamblea permanente y pasaron toda la noche dentro, recordando los buenos momentos, compartiendo los últimos con los compañeros. La empresa dio orden de no dejar entrar a nadie. A los que llegaban para comenzar su turno les entregaban una carta genérica en la que se les decía que acudieran inmediatamente a su domicilio donde encontrarían el burofax de su despido.
El sábado a mediodía finalizó la asamblea y salieron de la sede de Telemadrid. Fuera les esperaban sus compañeros, a los que no dejaron entrar la noche anterior, y muchos ciudadanos que quisieron mostrarles su apoyo. Salían emocionados, llorosos, pero con el firme propósito de volver, cuando la justicia les dé la razón y anule el despido colectivo. Se ha despedido a personas de baja por enfermedad grave, embarazadas y prácticamente a todos los miembros de comité. La empresa va a externalizar un gran número de puestos. Es una broma de mal gusto que anuncien que van a seguir haciendo dos informativos diarios, además de Diario de la Noche y que despidan a todos los técnicos de audio y de cámara, auxiliares, peluqueros, maquilladores, regidores ó supervisores de imagen. Seguramente los sustituirán empleados de la empresa TSA-Telefónica que, según han sabido los trabajadores, empezarán el próximo lunes.
Las cifras del ERE delatan la falacia sobre la que han querido basarlo, que es el ahorro. El número de directivos continúa siendo el mismo: en la dirección de informativos, que engloba a 350 personas, van a ser despedidas 254; había 13 directivos, se despide a 1. El porcentaje de directivos en ese área era del 3,7%; ahora será del 12,5% respecto del total de trabajadores. En la dirección de antena, que engloba a 144 trabajadores, van a ser despedidos 126; había cuatro directivos que siguen en su puesto. El porcentaje de directivos era del 2,7%; ahora será del 22,22%. El mismo número de directivos para dirigir a un 77,5% menos de trabajadores, y todos ellos con el sueldo intacto.

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PUNTOS DE PÁGINA
Pobres pobres
Pobres pobres que todavía no saben que son pobres porque piensan que ellos no tienen una hipoteca que pagar o porque viven en una casa con calefacción y todavía pueden costearse el recibo de la luz; o porque tienen un coche y aún puede echarle combustible y pagar el recibo del seguro e, incluso, cambiar los neumáticos cuando lo necesitan.
Pobres pobres que creen que a ellos no les afecta en demasía lo del euro por receta, porque, al fin y al cabo, ellos no necesitan (ahora) ir al médico, o porque pueden pagar el colegio (privado o concertado) de sus hijos, o porque suponen que ellos no se van a quedar nunca sin empleo, o porque ni siquiera se les ocurre que un mal día, en su empresa, les bajen un 20% el sueldo; nada de pensar que no están a salvo de tener una enfermedad grave y quizás no puedan costearse los gastos que ocasione, si es que la privatización sigue avanzando a pasos de gigante; o, aunque no avance más, puede que, cuando sean jubilados, no puedan pagarse ese euro por receta, porque las recetas son muchas y sus pensiones serán (sin ninguna duda) mas escasas que las de ahora.
Pobres pobres que no se les pasa por la mente que, dentro de unos años, quizá no puedan pagar las matrículas de sus hijos en la Universidad o costearse un pleito por un abuso o una agresión que hayan sufrido, porque las tasas judiciales sean prohibitivas para ellos.
Pobres pobres que piensan que los amigos de los poderosos van a defender a los que viven de un sueldo, porque “ellos son el partido de los trabajadores”; puede, incluso, que piensen que ellos son algo más que trabajadores a secas, porque tienen un cargo o un mando o porque se creen imprescindibles para su empresa.
Pobres pobres que aún no saben que son pobres.— Ángel Villegas Bravo

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