Españolitos
que sufrís el paro, los desahucios, los recortes sanitarios, el
chaparrón corrupto que os empapa cada día para descubrir que nuestras
instituciones albergan infinitas cuevas de ladrones, la exclusión y
hasta el bocado del hambre: cesad en vuestras cuitas. Aunque seáis más
pobres que las ratas, os podéis morir tranquilos por cuatro perras. La
iniciativa ha salido de Valencia, una comunidad famosa por la aguda
sensibilidad social de sus mandamases. Las pompas fúnebres valencianas,
alentadas por su ayuntamiento, ofrecerán entierros "low cost" a sus
clientes desempleados.
Por la raquítica suma de 500 euros, vuestros
indignados huesos recibirán sepultura casi gratis. Solo se requiere que
la familia del finado se encuentre prácticamente en la indigencia y lo
avale con una pirámide de certificados que lo demuestren. La noticia no
especifica las prestaciones que incluyen estas mortales gangas. Así que
a una le da por pensar cómo piensan abaratar costes. Quizás la idea es
enterrarnos en cajas de cartón reutilizables después de cada uso. O en
sacos de patatas. Y también es posible que lancen ofertas para los menos
tiquismiquis de esas de dos por uno. Si ustedes consienten compartir el
último habitáculo con otro cadáver, el precio del sepelio será
irrisorio. Otro privilegio más para los desempleados. Los muy frescos
pueden morirse casi por la cara. De cualquier forma, me pasma la
previsión de las empresas funerarias. Una sociedad empobrecida, a la que
además se le están cerrando las urgencias, es una cartera de negocio
muy prometedora.
Por mi parte paso del asunto y declino la rebaja.
Total, una fosa común garantiza variada compañía. Además estoy
especulando con otras posibilidades. Donar el cuerpo a la ciencia
parece la más sensata y económica. Pero hay otra que martillea mi
cabeza. Consiste en dejar instrucciones a mis deudos para que depositen
mi cuerpo en la sede más cercana del partido del gobierno. Es más,
propongo que se convierta en una práctica colectiva. "¡Echen aquí sus
muertos!", señores y señoras. Es absolutamente gratis y no deben
preocuparse por el tufillo que genera. Por muy pestilente que sea el
efluvio de la descomposición cadavérica, pasará desapercibido ante el
hediondo olor a corrupción que sale de estas madrigueras.
PUNTOS DE PÁGINA
Estos son los antecedentes de la mocedad española antes de no poder incorporarse a un mercado de trabajo en el que casi el 60 por ciento no encuentra empleo. Si a ello se suma el envejecimiento creciente de la población española...Saque el lector sus conclusiones. Las de este Lazarilo se limitan por hoy a afirmar que El Roto es el mejor cronista del tiempo que vivimos. Echa uno de menos que tanta expresión gráfica no encuentre un intérprete textual que la glose en la misma medida.- Lazarillo
DdA, IX/2.282
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