lunes, 7 de enero de 2013

IZQUIERDA UNIDA Y LA SALUD DE CHÁVEZ


Félix Población

La semana que viene se cumplirá un mes de la compleja y delicada operación quirúrgica a la que fue sometido en La Habana el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Teniendo en cuenta la gravedad de la enfermedad y el preocupante estado de salud del mandatario, antes y después de la intervención, fueron muchos los líderes latinoamericanos que expusieron públicamente su preocupación y apoyaron a Chávez en ese duro trance, al margen incluso de compartir o no el mismo ideario que el enfermo. No recuerdo que el vigente gobierno español haya manifestado expresiones similares. Tampoco, por supuesto, que lo haya hecho el jefe del Estado, al que Iberoamérica recordará por su impertinencia al pretender acallar al jefe del Estado de aquella república en una conferencia internacional. Si esas carencias de la más elemental cortesía diplomática, por parte del rey y el gobierno de esta nación, son censurables porque denotan la insuficiencia de humanidad que les afecta individual e institucionalmente, más llamativa me ha parecido que en todo este tiempo -va para cuatro semanas- una coalición política como Izquierda Unida, cuyos once diputados representan en el Parlamento de España a más de millón y medio de ciudadanos, no haya enviado un solo comunicado de apoyo al presidente Chávez, que yo sepa. Si no no fuera así, ruego me corrijan, pero me temo que después de haberse felicitado IU por la victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela en las pasadas elecciones de octubre, a Izquierda Unida le ha faltado el detalle que aquí echa en falta no solo ese más de millón y medio de votantes, sino toda persona que haya reparado en tan ostensible olvido o elusión.

PUNTOS DE PÁGINA
Leíamos hoy en el el diario El País que la enfermedad de Chávez ha exacerbado el culto a su personalidad en Venezuela, por lo que hemos creído conveniente sintetizar la entrevista que Jesús Hermida realizó al rey de España la semana pasada. De paso, adjuntamos este texto de Eduardo Galeano sobre la demonización del presidente venezolano: Hugo Chávez es un demonio. ¿Por qué? Porque alfabetizó a 2 millones de venezolanos que no sabían leer ni escribir, aunque vivían en un país que tiene la riqueza natural más importante del mundo, que es el petróleo. Yo viví en ese país algunos años y conocí muy bien lo que era. La llaman la "Venezuela Saudita" por el petróleo. Tenían 2 millones de niños que no podían ir a las escuelas porque no tenían documentos. Ahí llegó un gobierno, ese gobierno diabólico, demoníaco, que hace cosas elementales, como decir "Los niños deben ser aceptados en las escuelas con o sin documentos". Y ahí se cayó el mundo: eso es una prueba de que Chávez es un malvado malvadísimo. Ya que tiene esa riqueza, y gracias a que por la guerra de Iraq el petróleo se cotiza muy alto, él quiere aprovechar eso con fines solidarios. Quiere ayudar a los países suramericanos, principalmente Cuba. Cuba manda médicos, él paga con petróleo. Pero esos médicos también fueron fuente de escándalos. Están diciendo que los médicos venezolanos estaban furiosos por la presencia de esos intrusos trabajando en esos barrios pobres. En la época en que yo vivía allá como corresponsal de Prensa Latina, nunca vi un médico. Ahora sí hay médicos. La presencia de los médicos cubanos es otra evidencia de que Chávez está en la Tierra de visita, porque pertenece al infierno. Entonces, cuando se lee las noticias, se debe traducir todo. El demonismo tiene ese origen, para justificar la máquina diabólica de la muerte.

DdA, IX/2.269

2 comentarios:

pedro granero hernández dijo...

Iu twiteó en su cuenta oficial de twitter el 31 de diciembre el siguiente mensaje: #FuerzaChavez Aguanta para ayudarnos a quitarnos este miedo d la soledad d cien años AguantaPresidente. via @MonederoJC http://www.comiendotierra.es/?p=1248

Lazarillo dijo...

La coalición debería haber hecho más pública extensiva esa comunicación y no limitarse a un mero twiteo. Creo que sus votantes la habría agradecido ante la falta de una respuesta humana por parte del Jefe de Estado y jefe del gobierno o ministro de exteriores.

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