160.000 euros. Eso cuesta (¿también vale, señor Marx?) la españolía. El
Gobierno del Partido Popular, presidido por Mariano Rajoy, ha dado una vuelta
de tuerca más en su desvelamiento de identidad: ha propuesto conceder la
residencia a aquellos extranjeros que compren una casa en España por un valor
superior a 160.000 euros. Lo decía un amigo mío hace ya muchos años: la vida
consiste en una carrera por llegar el primero a la meta, y los cojos que se
jodan. Pues bien, ahora les toca a los inmigrantes sin posibles: o compras una
casa o no hay papeles.
Corrían los primeros años de los 70 cuando pude asistir a una medio algarabía teutona en la ciudad renana de Ludwigshafen porque una familia turca tenía la osadía de comprar una casa en la ciudad, lo que suponía que unos Gastarbeiter musulmanes podían llegar a ser propietarios de un trozo de tierra germana. Hoy las cosas han batido récords mundiales en tierras de don Pelayo y de Viriato: el Gobierno de don Mariano quiere obtener dinero hasta debajo de las piedras, por lo que invita principalmente a los nuevos ricos de los dos principales países comunistas en el pasado (China y Rusia) a comprar a discreción cuantas viviendas les plazcan en el católico suelo español, con tal de que paguen por cada una de ellas más de 160.000 euros.
Y puestos a declarar la propia vejez, corrían los años cincuenta cuando un inspector llegó a mi colegio y, por lo visto, dijo a los frailes que sus alumnos necesitaban una mayor formación del espíritu nacional, por lo que nos pasamos una semana entre Montañas Nevadas y Gibraltar, cantando lo que nos importaba un carajo, considerando simplemente nuestra temprana edad. Hoy el espíritu nacional está algo alicaído, tras que el ministro Wert haya eliminado de un plumazo Educación para la Ciudadanía y que el inmigrante de lengua española suela ser de menos posibles que el pensionista llamado Xu Piang Jo o Rudikov, pongamos por caso.
La españolía cuesta como mínimo 160.000 euros. Si eres un parado de larga duración o te han desahuciado de la vivienda porque se te ha eliminado la ayuda o perteneces al grupo del 52% de jóvenes sin trabajo o no te da para pagar los medicamentos, o… te jodes, aunque hayas nacido en Albacete o en Calatayud. Se siente mucho, pero los inmigrantes que han pagado 160.000 euros han llegado primero. A ti y a los cojos de la tierra ahora os resta solo joderos hasta que escampe, si es que escampa alguna vez, que lo dudo.
Corrían los primeros años de los 70 cuando pude asistir a una medio algarabía teutona en la ciudad renana de Ludwigshafen porque una familia turca tenía la osadía de comprar una casa en la ciudad, lo que suponía que unos Gastarbeiter musulmanes podían llegar a ser propietarios de un trozo de tierra germana. Hoy las cosas han batido récords mundiales en tierras de don Pelayo y de Viriato: el Gobierno de don Mariano quiere obtener dinero hasta debajo de las piedras, por lo que invita principalmente a los nuevos ricos de los dos principales países comunistas en el pasado (China y Rusia) a comprar a discreción cuantas viviendas les plazcan en el católico suelo español, con tal de que paguen por cada una de ellas más de 160.000 euros.
Y puestos a declarar la propia vejez, corrían los años cincuenta cuando un inspector llegó a mi colegio y, por lo visto, dijo a los frailes que sus alumnos necesitaban una mayor formación del espíritu nacional, por lo que nos pasamos una semana entre Montañas Nevadas y Gibraltar, cantando lo que nos importaba un carajo, considerando simplemente nuestra temprana edad. Hoy el espíritu nacional está algo alicaído, tras que el ministro Wert haya eliminado de un plumazo Educación para la Ciudadanía y que el inmigrante de lengua española suela ser de menos posibles que el pensionista llamado Xu Piang Jo o Rudikov, pongamos por caso.
La españolía cuesta como mínimo 160.000 euros. Si eres un parado de larga duración o te han desahuciado de la vivienda porque se te ha eliminado la ayuda o perteneces al grupo del 52% de jóvenes sin trabajo o no te da para pagar los medicamentos, o… te jodes, aunque hayas nacido en Albacete o en Calatayud. Se siente mucho, pero los inmigrantes que han pagado 160.000 euros han llegado primero. A ti y a los cojos de la tierra ahora os resta solo joderos hasta que escampe, si es que escampa alguna vez, que lo dudo.
DdA, IX/2.233
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