Félix Población
Estoy convencido de que el poeta Vicente Aleixandre (Premio Nobel de
Literatura, 1977), a quien tuve el privilegio de conocer, me habría
permitido alterar con el topónimo de la sufriente Gaza el de Madrid -
víctima durante el otoño de 1936 de los bombardeos nazi-fascistas-, que es
el que figura originalmente en el título de su poema. Su palabra me
sigue pareciendo la más honda y viva para expresar la indignación que
muchos sentimos ante el avance genocida del Estado israelí. Quizá sea lo
más auténtico que la cultura de la vieja Europa, vendida al poder del
Imperio, puede ofrecer ahora, como un golpe de voz conmovido y solidario
con el pueblo palestino, para alertar las conciencias de la ciudadanía
más sensible con el nuevo holocausto que sus Estados están permitiendo
durante decenios. Cuentan que los ataques más cruentos se produjeron
cuando las mujeres palestinas salían al mercado y los niños de la
escuela. Ocurrió a mediodía, un sábado. Tan señalado día de la semana entre los invasores no
importó para que las máquinas de la muerte israelíes trabajaran a destajo
(casi 300 víctimas en unas horas). Este es el poema de Aleixandre (1898-1984):
Se ven pobres mujeres que corren en las calles
como bultos o espanto entre la niebla.
Las casas contraídas,
las casas rotas, salpicadas de sangre:
Las habitaciones donde un grito quedó temblando,
donde la nada estalló de repente,
polvo lívido de paredes flotantes, asoman su fantasma pasado por la muerte.
Son las oscuras casas donde murieron niños.
Miradlas. Como gajos
se abrieron en la noche bajo la luz terrible.
Niños dormían, blancos en su oscuro.
Niños nacidos con rumor a vida.
Niños o blandos cuerpos ofrecidos
que, callados los vientos, descansaban.
Las mujeres corrieron.
Por las ventanas salpicó la sangre.
¿Quién vio, quién vio un bracito
salir roto en la noche
con la luz de sangre o estrella apuñalada?
¿Quién vio la sangre niña
en mil gotas gritando:
¡crimen, crimen!,
alzada hasta los cielos
como un puñito inmenso, clamoroso?
Rostros pequeños, las mejillas, los pechos,
El inocente vientre que respira:
La metralla los busca,
La metralla, la súbita serpiente,
Muerte estrellada para su martirio.
Ríos de niños muertos van buscando
Un destino final, un mundo alto.
Bajo la luz de la luna se vieron
Las hediondas aves de la muerte;
Aviones, motores, buitres oscuros cuyo plumaje encierra
La destrucción de la carne que late,
La horrible muerte a pedazos que palpitan
Y esta voz de las víctimas
Rota por las gargantas, que irrumpe en la ciudad como un gemido.
Todos la oímos.
Los niños han gritado.
Su voz está sonando.
¿No oís? Suena en lo oscuro.
Suena en la luz. Suena en las calles.
Todas las casas gritan.
Pasáis, y de esa ventana rota sale un grito de muerte.
Seguís. De ese hueco sin puerta
Sale una sangre y grita.
Las ventanas, las puertas, las torres, los tejados
Gritan, gritan. Son niños que murieron.
Por la ciudad gritando,
un río pasa: un río clamoroso de dolor que no acaba.
No lo miréis; sentidlo.
Pequeños corazones, pechos difuntos, caritas destrozadas.
No los miréis; oídlos.
Por la ciudad un río de dolor grita y convoca.
Sube y sube y nos llama.
La ciudad anegada se alza por los tejados y alza un brazo terrible.
Un solo brazo. Mutilación heroica de la ciudad o su pecho.
Un puño clamoroso, rojo de sangre libre,
que la ciudad esgrime, iracunda y dispara.
*Post publicado en este mismo DdA el 28 de diciembre de 2008, Día de los Inocentes, con motivo de la masacre israelí contra la franja de Gaza. Aquella invasión militar conocida como Operación Plomo Fundido se saldó con la muerte de 1.300 palestinos en poco más de tres semanas, de los que un tercio fueron niños. Entonces y ahora, con la nueva operación militar, la pretensión del Estado de Israel es acabar con las fuentes de la vida del pueblo palestino ante la indiferencia y pasividad de las naciones sometidas al imperio usaco.
ISRAEL: LICENCIA PARA MATAR
Todo suena a "ya visto", a mil veces repetido y mil veces olvidado. El lanzamiento de la operación Pilar defensivo sobre Gaza, nos remite al escenario, incluida la proximidad de elecciones en Israel, de la denominada Plomo Fundido, entre diciembre de 2008 y enero de 2009, que se saldó con 1400 muertos de los que más de 300 eran niños; y a Lluvias de Verano en el verano de 2006, con 450 muertos; y a Días de Penitencia, septiembre 2004 , con más de un centenar de muertos ; y a Cinturón de Defensa, abril 2002, en Cisjordania, más de 500 muertos... ¿Hasta dónde podemos remontar la lista? ¿Hasta la matanza de Deir Yassin en abril de 1948 que marcó la estrategia de expulsión de la población palestina de lo que entonces aún era su tierra? ¿O hasta el más reciente muerto palestino, en Cisjordania o en Gaza, por el disparo de un soldado israelí?+@Teresa Aranguren
DdA, IX/2.233
1 comentario:
Haber seamos claros Israel se defiende de los ataques de Palestina qué haría uste sí a su país lo atacan, los palestinos usan a su propia gente de trinchera. Que es lamentable sí por supuesto, lo es. Pero la culpa no es de Israel.
Publicar un comentario