Carmen Rivero
La policía miente al decir que no hubo cargas en Atocha. En mi cuerpo tengo la huella de la brutalidad policial. Ha sido mucho más crudo de lo que los medios cuentan y eso lo sabemos los que estuvimos rodeando el Congreso de los Diputados el pasado martes.
Sobre las 22:00h un grupo de compañeros esperábamos el autobús que nos llevaría de vuelta a Granada. Yo permanecía sentada en el suelo cuando de repente vemos salir por una de las bocas del metro de Atocha, muy próxima a nosotros, un buen número de agentes antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial corriendo en dirección nuestra como perros furiosos, descargando su rabia con las porras en alto, sin medir palabras.
Varios compañeros gritaron “corran, corran..” pero mi reacción fue quedarme sentada, estupefacta. En mis adentros me dije que no había hecho nada, no tenía por qué correr.
Me dieron porrazos por la espalda, la mochila fue mi escudo, por los muslos y por las nalgas. Otras compañeros de Granada también sufrieron el impacto de la piara bárbara, entre ellos Ángel, que permanece en el hospital con una lesión medular.
La mayoría de las personas que estábamos allí persistíamos en las calles de forma pacífica, expresión real de la mayoría de la población.
ES UN PROBLEMA POLÍTICO, NO DE ÓRDEN PÚBLICO
Este Lazarillo ha leído una entrevista muy interesante en MásPúblico, que espero se convierta muy pronto en el nuevo diario electrónico y autogestionario La Marea, en la que Rafael Tejero, portavoz de la coordinadora 25-S y miembro de la Asamblea
de Granada afín al 15-M, afirma que el Gobierno pretende hacer de un problema político un problema de orden público, como en la dictadura. También señala quien se ha caracterizado ostensiblemente por su apuesta por la no violencia -según pudimos ver en las imágenes transmitidas durante los momentos más tensos de la carga policial-, que "al sistema le conviene que las movilizaciones en su contra sean
violentas para poder reprimirlas fácilmente. Su táctica es muy sucia,
pero eso nos ha venido muy bien, porque demuestra que estamos ante un
enemigo poco inteligente, débil y bastante torpe. Nuestro enfrentamiento
es con el sistema, no queremos enfrentarnos a la policía. Nosotros
queremos debatir y ellos no, pretenden convertir un problema político en
uno de orden público, como se hacía en la dictadura. Aun así, están en
una situación muy dura, se les obliga a reprimirnos. Yo no me imagino a
la policía feliz haciendo ese trabajo sucio: muchos de ellos me han
dicho que están indignados".+@MásPúblico
UNA ILUSTRATIVA HISTORIA DE ESPAÑA
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