martes, 9 de octubre de 2012

SOBRAN ALTOS CARGOS, MÁS QUE FUNCIONARIOS


Alejandro Prieto

A raíz de la indigerible frase comparativa entre las leyes y las mujeres pronunciada por el ex presidente del Consejo General del la Ciudadanía Española en el Exterior (órgano consultivo y asesor adscrito al Ministerio de Empleo), muchos ciudadanos nos enteramos de la existencia de un organismo que, según puede leerse en Wikipedia, está compuesto por tres puestos de dirección y varias decenas de consejeros, destinados a prestar ayuda y asistencia a españoles retornados y residentes en el extranjero.

Si cada vez se recortan más los servicios dedicados los ciudadanos que residimos dentro del territorio nacional, y cada día son más los que se ven  se ven forzados a coger la maleta para trabajar en otros países, cabe preguntarse cuál será el apoyo facilitado a los compatriotas residentes en el exterior. La verdad es que, entre embajadas, consulados, consejos y oficinas autonómicas, es fácil acabar con los síntomas característicos de la desorientación. 

Hace unos días,  noticias relativas a los Presupuestos Generales del Estado para el 2013, indicaban que el número de funcionarios descendería en un 2,2% respecto al presente año, mientras que el de altos cargos no sufriría variación. Pues, si alguien se asoma al balcón para escuchar la voz y conocer las necesidades de la población, percibirán sin ninguna clase de dudas que la gente prefiere que los recursos públicos sean canalizados hacia el empleo de conserjes, médicos, electricistas, profesores o bomberos, que al mantenimiento de determinados puestos de confianza alejados del día a día del ciudadano, y de elevada remuneración.

Si se llevara a cabo una selección de prioridades y objetivos, sometidos posteriormente a referéndum, cuál sería el pronunciamiento de los contribuyentes respecto a cuestiones como, por ejemplo, la elección entre continuar facilitando la subvención de la comida en los colegios a los niños  de familias con rentas bajas, o seguir pagando viviendas y coches oficiales a políticos y directivos de instituciones y empresas públicas que viven en la misma población en la que desempeñan su labor.

Para restañar la fisura abierta entre la clase política y la población, se hacen necesarias mayores dosis de ejemplaridad, transparencia y sensatez en el estilo de gobernanza y de  gestión.

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