viernes, 19 de octubre de 2012

RESCATE VIRTUAL Y PENOSA REALIDAD


Alejandro Prieto

Bien podría tratarse del título de una novela o película de acción, de las que te mantienen expectante y hacen contener el aliento, sin embargo, ‘rescate virtual’  parece ser el último producto o instrumento financiero europeo creado en exclusiva para España,  un crédito que, según indican voces procedentes del mundo de la economía, sería como los botes salvavidas, para uso exclusivo en casos de urgencia. Aunque, después de lo visto en la película Titanic, los pasajeros que no disfrutan de camarotes exteriores con vistas al mar y balcón privado, se reservan el derecho de desconfiar acerca del tipo de selección y el número de plazas existentes en los mismos.

Desde que comenzaron los primeros recortes y fueron anunciados los anhelados brotes verdes de la recuperación económica, han transcurrido cuatro primaveras y, hasta el momento, el fruto recogido ha sido muy variado: expedientes de regulación de empleo,  despidos,  pérdida de poder adquisitivo de las familias, desahucios,  dificultad para adquirir medicamentos, volatilización de ahorros, imposibilidad de pagar las tasas universitarias,  demanda de alimentos,  creciente desigualdad social,  depresión y ansiedad,  emigración forzada, ndigencia,  robos y hurtos,  desilusión juvenil y  tristeza infantil al ver derrumbarse a los padres. Es decir, una pérdida palpable  (no virtual) y progresiva de bienestar y calidad de vida  que no encuentra alivio a través de  los eufemismos o las prestidigitaciones verbales  empleadas en los últimos tiempos.

Teniendo en cuenta la evolución de los acontecimientos, así como la decisión y el empeño  puesto en repetir y pronunciar las políticas de poda fácil e indiscriminada, ¿es factible salir de la espiral que succiona  sin contención el bienestar de los ciudadanos? Se agradecen las disculpas, pero la realidad es tozuda y hasta que no se deje de pisar el callo, el dolor permanece e intensifica amenazando con hacerse insoportable.

DdA, IX/2.208

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