lunes, 13 de agosto de 2012

UNA AMENAZA DE MUERTE CONTRA SÁNCHEZ GORDILLO



Félix Población

El alcalde de Marinaleda y diputado andaluz por Izquierda Unida, José Manuel Sánchez Gordillo, estuvo el pasado sábado en el programa de Tele5 El gran debate. El motivo de su presencia fue la expropiación simbólica de alimentos llevada a cabo en dos supermercados andaluces por el Sindicato Andaluz de Trabajadores.

La oportunidad de aparecer en un canal de televisión nacional, al margen de los intereses de mercado que guían a Tele5 en este tipo de comparacencias, no la desperdició Sánchez Gordillo, al que muy pocas veces se le ha brindado tal posibilidad. Tanto él como Diego Cañamero, líder del citado sindicato, dejaron claras sus razones, expuestas con la sencillez y coherencia de quienes argumentan con los hechos lo que exponen con las palabras.

También lo hizo el diputado por Asturias Gaspar Llamazares, que apoyó la acción simbólica del SAT, y tuvo oportunidad de hacer frente al responsable de la amarillenta y bochornosa portada del diario ABC, publicada hace unos días, en la que se recurría a una imagen de Llamazares, similar a la que el FBI utilizó para la busca y captura de Bin Laden, reprochándole que no donara su sueldo de diputado o parte de sus ahorros.

Lo más llamativo del debate no fue que las tres personas citadas ganaran puntos ante cualquier televidente medianamente razonable no adscrito a la caverna mediática, sino la tensa agresividad con la que pretendieron acosarles dos de los periodistas de marcado cariz reaccionario y una abogada totalmente fuera de sí que estaban presentes en el plató. Las intervenciones de estos, por airadas y faltas de respeto en algún momento a un diputado andaluz que, además, representa a una localidad de la que Sánchez Gordillo es alcalde desde hace 32 años -con el 73 por ciento de los votos en los últimos comicios-, evidenciaron el grado de irritabilidad que ejecutorias y actitudes como las del citado despiertan en la derecha española más nostálgica o amojamada.

Ese mismo día, por la mañana, José Manuel Sánchez Gordillo había denunciado una amenaza de muerte. Si lo hizo fue por la credibilidad que le inspira haber sufrido ya dos atentados anteriormente. Después de haber sido foco mediático y haber pasado por Tele5, esa prevención me parece ahora mucho más justificada.

+@Sánchez Gordilla anuncia públicamente que renuncia a su condición de aforado
LA DIGNIDAD DE SÁNCHEZ GORDILLO
Ana Cuevas
Si han visto la película "La loca historia del mundo" seguro que recordarán al actor Mel Brooks encarnando al rey Luis XVI. Mosquetón en ristre, el monarca reiteraba su amor a los desfavorecidos mientras practicaba el tiro al pobre. ¡Pobre...! ¡Pum!. Yo amo a los pobres, yo cuido de los pobres, aseguraba mientras afinaba puntería con un menesteroso catapultado a tal fin. Esta delirante escena podría extrapolarse a la realidad actual. Los autores de los recortes aseguran que todo este sufrimiento es por nuestro bien. Disparan a discreción contra parados, trabajadores, pensionistas o discapacitados. No dejan títere con cabeza. Entre los pobres, evidentemente (un grupo cada vez más nutrido por la incorporación de los caídos tras el salvaje tiroteo a la clase media). Porque entre los pudientes la cosa cambia. A éstos que traicionan a su patria evadiendo capitales y sembrando fraudes, puente de plata.

La situación está alcanzando un grado tan grotesco de injusticia e insensibilidad social que supera la ficción cinematográfica. Luego sale un tipo como Gordillo, con esa peligrosa inocencia que desprenden las personas de honor, y se acelera la maquinaria del odio. Arrestos, aquelarre mediático, amenazas de muerte, esa es la respuesta. La acción de los jornaleros podrá gustar más o menos por sus formas. Pero todos entendimos el mensaje. Era puro y directo: no vamos a consentir que avance el hambre. Ellos han decidido, como mujeres y hombres libres, implicarse solidariamente con los más humildes. Han tomado partido directa y honestamente. Están orgullosos de su coherencia. Eso descentra a los francotiradores. Eso de que tengan valores y sean consecuentes. No están acostumbrados los animalicos.

Un mierda que se esconde en las redes advierte al alcalde de Marinaleda: Me he comprado una pistola calibre 22 para matarte. La extrema derecha al natural sale del armario malcerrado de la historia. Balas para los sindicalistas. Muerte a los que se pasen de listos y puedan estropearles el negocio. ¿Es esto lo que nos espera? En los años 20, los sindicalistas caían bajo el plomo de los sicarios que contrataban los amos. Era la única manera que encontraban para combatir la dignidad de esta gente. Una dignidad que, pese al hierro recibido, consiguió movilizar a la clase trabajadora para emprender la lucha por sus derechos laborales. Los que ahora hemos perdido sin apenas oponer resistencia. La dignidad de Gordillo y los del SAT los convierte en objetivo de los mismos pistoleros conocidos. Un blanco incómodo al que muchos estarían encantados de poder encañonar. Pero ¿y si les sale el tiro por la culata? ¡Pum! Hay que tener ojito al enredar con las armas. Pues ya se sabe que las carga el diablo y Satán, según se comenta, es tirando a colorao.

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