jueves, 12 de julio de 2012

DURAN I LLEIDA Y EL NACIONALISMO COMO TAIFA PARTICULAR



Camilo José Cela Conde


El ansia de poder es una de las características más comunes de la naturaleza humana y, desde luego, una de las que mejor permiten entender la manera como actuamos. Da lo mismo que el poder sea minúsculo, apenas otra cosa que una brizna de autoridad en un grupo que, en su conjunto, carece por completo de ella.

El poder académico, que es el que mejor conozco, va por ahí. Me he topado muchas veces con la sorpresa de ver cómo una persona a la que daba por normal se convierte de golpe, al alcanzar ese remedo de poder que da el verse nombrado catedrático o en jefe de algo, en el doctor Jeckyll cuando se transmutaba en el peligroso mister Hyde. La capacidad de mando y ordeno de cualquier gestor universitario, y no digamos ya de quien gana una cátedra, es, si dejamos de lado los oropeles inútiles, nulo. Pero ahí está la autoridad recién nombrada y dispuesta a hacer saber al mundo lo mucho que manda.

El poder fingido se ha vuelto lugar común en el mundo político actual, en ese patio de vecinos en el que los ministros conceden la palabra en las ruedas de prensa con gesto fiero y terminante, quizá porque se trata de la única oportunidad que tienen, pobrecitos ellos, de ejercer el mando. Lo que viene luego, las explicaciones —cuando las hay— acerca del próximo recorte, suelen servir para que los ministros dejen muy claro que la culpa del aumento de impuestos o de la rebaja de sueldos no es de ellos, una aclaración que en román paladino viene a confirmar que son otros los que mandan, que ellos se limitan a obedecer. Pero como, ya digo, las ansias de poder son universales en busca de al menos una miajilla de mando y ordeno, los señores ministros nos obsequian con fingimientos como el de que aún no saben cuánto habrán de recortar a la postre haciendo pasar esa ignorancia por una decisión importantísima que se guardan en la manga.

Los reinos de taifas fueron la fórmula de la España musulmana para repartir el poder dándole casi nada a casi todo el mundo, y así salió: como debía ser. Pero si creíamos que con aquello bastaba, nos equivocábamos. Un ejercicio magnífico de ansias de mando, por menor que sea éste, nos lo acaba de brindar el portavoz de Convergència i Uniò en el Congreso. Ante la barahúnda de voces que se levanta exigiendo una remodelación del Estado de las autonomías, Josep Antoni Duran i Lleida ha sugerido que desaparezcan todas menos la catalana, la gallega y la vasca. Vaya con el nacionalismo.

Lo que pasaba por una ideología resultar ser poco más que el ejercicio del aquí mando yo reduciendo el aquí al terruño propio, que es al fin y al cabo el universo que cuenta: el de la persona que busca su taifa particular aunque sea a cambio de reducirla a la aldea. Aquello de la cola de león y la cabeza de ratón sigue valiendo pero ahora los ratones nos parecen criaturas gigantescas, a la altura del César, de Napoleón o de Carlomagno. Vamos por el buen camino. Cuando la cabeza de lombriz se vuelva la del infusorio, va a haber poder disponible para todo el mundo.
LA PRENSA QUE NO TEME A LOS RECORTES
PORQUE ESTÁ VENDIDA A SUS AUTORES

Observen estas dos portadas del diario ultraconservador, que nunca tendrá problemas para subsistir porque siempre contará con potentados padrinos que contribuyan a su subsistencia. El servil y mezquino periodismo que ejerce se refleja en el tratamiento que da a dos circunstancias históricas caracterizadas por un denominador común: los recortes aplicados por el anterior Gobierno, con Rodríguez Zapatero, y los reiterados ajustes contra el bolsillo del ciudadano medio, los funcionarios y los parados contabilizados en los poco más de seis meses que lleva en La Moncloa Mariano Rajoy, exjefe del director del diario La Razón. La sociedad que se informa en esos medios está tan corrupta como el propio sistema.- Lazarillo

CARTA DE ANGUITA A MARIANO RAJOY
Sr. Presidente Rajoy, señores componentes del gobierno PP: O son ustedes muy tontos o son ustedes muy sinvergüenzas. No existe la tercera opción. Aunque ya barruntábamos que era cuestión de tiempo comprobar como su incapacidad – de sobra conocida por el último mindundi de la sede de Génova- en el momento que ocupasen un cargo de responsabilidad sería reconocida por todos los españoles, lamentamos profundamente haber acertado, pues sus decisiones de ayer la confirmación de lo evidente, llevan aparejada una extraordinaria carga añadida de sangre, frustración y lágrimas. Si son ustedes tontos (eso sí, “selectivos” pues siempre se equivocan al garantizar el bien común, pero no al defender sus intereses de clase) y el cargo les viene largo porque no saben lo que hacer, dimitan y convoquen elecciones. Si son ustedes sinvergüenzas con disimulo y saben que están aplicando un programa ideológico consistente en reducirnos nuevamente a la condición de súbditos sin derechos, tengan un rasgo de honestidad y díganlo. Pero no presenten como inevitable lo que es su opción política: la del capitalismo salvaje al servicio de las élites. Y convoquen elecciones para que nos pronunciemos. Y que su partido (junto a la otra pata del duopolio, el PSOE ) se presente a las mismas con un programa electoral de apoyo a la oligarquía dominante en el que se incluyan desde privatizaciones a expolio, pasando por amnistía fiscal para todo tipo de chorizos. Y que el pueblo español decida si eso es lo que desea. España no es un país de sinvergüenzas. Es un país mayoritariamente compuesto de gente honesta a los que nos da vergüenza contemplar el espectáculo que están ustedes interpretando. Pero no nos tomen por tontos. @Julio Anguita

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