Lazarillo
Denegando el recurso de revisión contra la sentencia del consejo de guerra, fechada el 27 de octubre de 1942 durante la dictadura franquista, por la que se condenó al doctor Luis Calandre Ibáñez. Aquí se puede leer el auto de la Sala de lo Militar del Supremo de 30 de marzo de 2012 y aquí el informe negativo de la Fiscalía. En cuanto a la personalidad y méritos del doctor Calandre, sirva este sucinto currículum para que se valore su memoria y quede en evidencia, una vez más, la clase de justicia que tenemos:
Luis Calandre Ibáñez (Cartagena (Murcia) 26 de mayo de 1890 – Madrid, octubre de 1961), médico, cardiólogo e histólogo español. Estudió Fisiología en Berlín (1912) y se especializó en cardiología, en la que llegó a tener fama internacional. Fue discípulo de Nicolás Achúcarro (1880 – 1918). En España se le considera el instructor de las técnicas modernas de la cardiología. Se relacionó con figuras como Santiago Ramón y Cajal, Francisco Giner de los Ríos, Cossío, Gustavo Pittaluga Fattorini, etc. Fundó la revista Cardiología y Hematología (1921 – 1936) y dirigió el Laboratorio de Anatomía Microscópica de la Residencia de Estudiantes y el Servicio de Cardiología del Hospital de San José y Santa Adela (1925 – 1933), de Madrid. Co-fundador el 11 de febrero de 1933 de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, creada en unos tiempos en que la derecha sostenía un tono condenatorio en relación a los relatos sobre las conquistas y los problemas del socialismo en la URSS. En su última etapa fue jefe del Departamento de Cardiología de la Cruz Roja de Madrid.
Fue médico de la Residencia de Estudiantes y la Junta para Ampliación de Estudios le nombró director del Laboratorio de Histología donde desarrolló una gran labor docente. Posteriormente fue nombrado vicepresidente del Comité Central de la Cruz Roja. Durante la Guerra Civil se hizo cargo de los pabellones de la Residencia de Estudiantes para instalar un hospital que respondiese al espíritu que había imperado antes en la Colina de los Chopos, y que fue el Hospital de Guerra de Carabineros. El final de la contienda condenó a Luis Calandre al cruel exilio interior, siendo objeto de persecuciones políticas y sometido a dos procesos sucesivos que incluso le llevaron a prisión. A partir de entonces no volvió a desempeñar cargo oficial alguno y en 1941 fue sancionado por el Colegio de Médicos con privación del ejercicio de su profesión en Madrid durante cinco años. Su especial capacidad para trasladar sus conocimientos facilitó la divulgación de sus escritos, que ocuparon un lugar importante en las publicaciones didácticas de la época y se convirtieron en material imprescindible de consulta. Le interesó en especial el estudio de las arritmias.
+@ Artículo de Cristina Calandre Hoenigsfeld, nieta del doctor, en respuesta a la negativa del Supremo, fechada el pasado 14 de mayo, para interponer recurso de revisión de la sentencia, tras haberlo solicitado hace casi cinco años.
+@El doctor Calandre y el Hospital de Carabineros de Madrid. (Félix Población).
El presidente de Uruguay, José Mujica, ofreció que la residencia oficial funcione como albergue de personas en situación de calle ante la ola de frío que afecta al país. El mandatario dispuso que se elaborara un informe sobre la disponibilidad ofrecida por los edificios públicos ante la posible saturación de los refugios destinados a ese fin, según publica el semanario "Búsqueda".
El "Pepe" dispuso que, "de ser necesario", el quincho de la residencia ubicada en el barrio montevideano del Prado pueda recibir a quienes todavía sigan sin techo. El 24 de mayo último, ya lo había sugerido al Ministerio de Desarrollo Social con una madre y su hijo, aunque finalmente se les encontró otro lugar. Mujica no vive en la casa presidencial, sino que desde hace años habita una chacra ubicada en Rincón del Cerro, en la periferia de la capital uruguaya.
Los mineros ingleses se solidarizan con el sector enviando una carta a The Guardian. Aseguran que Mariano Rajoy pone en peligro el futuro de 8.000 mineros y amenaza 30.000 puestos de trabajo. El diario británico ‘The Guardian’ publicó en su edición de ayer una carta de un grupo de mineros británicos que quisieron solidarizarse con los mineros españoles en el conflicto que mantienen desde hace unos días con el Gobierno en rechazo a los recortes presupuestarios anunciados para la minería. Según la carta y su traducción, tanto los mineros británicos como los sindicatos de mineros ingleses “deben mucho a los sindicatos españoles” por el apoyo recibido en la década de los 80, por lo que “ha llegado el momento de solidarizarse con ellos”, respondieron. La misiva hace referencia a un “bloqueo informativo” por parte de muchos medios de comunicación, en algunos casos “casi total” a la respuesta del movimiento sindical de la minería ante las “medidas de austeridad impuestas por el Gobierno”. Sin embargo, se resaltó que un lector de la prensa británica “puede seguir tranquilamente ignorante la huelga indefinida de los mineros españoles” que dio comienzo el 31 de mayo y que empezó “a una situación de casi Guerra Civil” en zonas de Asturias y León. Igualmente se insiste en el anuncia del “Gobierno conservador de Mariano Rajoy” de cortes “dramáticos” en los subsidios a la minería que “ponen en peligro la subsistencia de alrededor de 8.000 mineros y amenazan 30.000 puestos de trabajo”, algo a lo que se está haciendo frente desde el sector “con enfrentamientos entre los mineros y sus comunidades con una resistencia decidida y unida”. Los mineros británicos dijeron recordar todavía la huelga del sector minero de los años 1984 y 1985 como algo “tristemente familiar”, ya que también se produjeron enfrentamientos en las calles con las fuerzas de seguridad “con mucha fuerza” lanzando gases lacrimógenos y balas de goma “contra los mineros y sus partidarios”, recordaron en la carta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario