miércoles, 27 de junio de 2012
¿CUÁNTOS DÍVAR HAY EN ESPAÑA?
Antonio Aramayona
Dimitido Carlos Divar como presidente del CGPJ y del TS, su actual sustituto en el CGPJ, Fernando De Rosa, no parece capaz de tranquilizar a tanto gato escaldado como abunda en el país: ex conseller de Justicia en la era Camps y ardoroso defensor del mismo en cuanto estuvo imputado en el asunto de los trajes y la corrupción en la Comunidad Valenciana, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, se ha despachado diciendo que la posibilidad de modificar el sistema de elección de cargos en el ámbito judicial "es otro debate". O sea, como dice la canción, "al final las obras quedan, las gentes se van. Otros que vienen las continuarán... La vida sigue igual".
Y quedan más peguntas. Por ejemplo, si Dívar es el único que viajó, comió y holgó a costa del dinero de todos los españoles. Quisiera saber (¿a quién acudir?) quiénes, cuántos, cuándo, dónde emplearon dinero público para sus asuntos privados y particulares. Quisiera que la respuesta viniese de cada Tribunal y Juzgado, de los europarlamentarios españoles, del Congreso, del Senado, de cada ministerio, de los gobiernos y parlamentos autonómicos, de todos y cada uno de los ayuntamientos, de los partidos políticos, de los sindicatos, del Estado Mayor de Defensa, de los cuarteles, de las comisarías de policía, de ese ruinoso eufemismo llamado "Casa Real", de un etcétera sin fin. ¿Cómo se ha empleado cada euro de cada uno de los presupuestos públicos? ¿Dívar es el único que utilizó alegremente la tarjeta bancaria oficial y los fondos públicos para sus asuntos privados?
Es preciso realizar una limpieza a fondo de los cargos públicos del Estado, sin esconder nada en desvanes ocultos o debajo de cualquier alfombra. Sin embargo, no pocos de quienes tienen la posibilidad de que no quede nadie sin responder son los primeros interesados en acallar las preguntas y proporcionar coartadas a los señalados por las preguntas. Imposible vigilar al vigilante si pone cortapisas, imposible también limpiar y sanear la casa si se está viviendo de la roña general del "no tiene importancia", "lo hacen casi todos" o "es legal, déjeme de moralinas".
El pasado 6 de abril se debatió en el Parlamento Europeo una enmienda (presentada por los Verdes e Izquierda Unitaria) para que los eurodiputados dejaran de viajar en primera clase en los vuelos de menos de cuatro horas. La enmienda quedó ampliamente derrotada (402 votos a 216) y el 85% de los eurodiputados españoles (18 del PSOE, 17 del PP y uno de UPyD) votó por seguir viajando en primera clase. En resumen, además de vivir tan en Babia como a cuerpo de rey, aquellos eurodiputados, representantes de la ciudadanía española en Estrasburgo, carecen de la menor fibra de sensibilidad social, ética y política para con el pueblo.
Y este hecho no es excepcional, pues seguramente muchos otros han sido perpetrados por una parte (¿cuántos?) de nuestros representantes y servidores públicos. Anda muy equivocado quien haya llegado a pensar que con la dimisión de Dívar ha quedado solventada la cuestión de la malversación de fondos públicos, cohecho, corrupción y corruptelas, tráfico de influencias y otros tipos de delitos o faltas en el oscuro entramado de las estructuras del Estado. ¿Cuánto dinero obtenido por el Gobierno de los recortes sociales podría ser devuelto al pueblo si los centenares o miles de implicados tuvieran que devolver el dinero público empleado para sus planes e intereses privados?
Por cierto, no veo diferencia entre los viajes y las estancias de Dívar y sus escoltas en los hoteles de lujo costeados con el dinero público (del pueblo) y los viajes y estancia de la familia real y sus escoltas en el Palacio de Marivent costeados con el dinero público de todos (del pueblo). La legalidad no justifica las vacaciones reales a cargo del dinero de un pueblo que sufre ferozmente la crisis. Y puestos a decir inconveniencias políticamente incorrectas, me parece mucho más violento dejar sin trabajo, sin recursos y sin salida a los trabajadores y las familias de varias cuencas mineras del norte español y de Teruel, rescatando sin límite a la banca manirrota y estafadora o decretando una amnistía fiscal, que la lucha sostenida (tomemos ejemplo) por los trabajadores de las cuencas mineras.
Me parece asimismo obsceno que buena parte de los medios de comunicación españoles llamen por su nombre, "Izquierda Democrática", a uno de los partidos del nuevo tripartito griego (6% de los votos) y presenten, en cambio, al partido Syriza (26,9% de los votos) como Izquierda Radical (en algún medio, repitieron machaconamente que "incluye soviéticos, feministas y ecologistas"). Tan obsceno como que el Instituto para la Economía y la Paz haya declarado a Europa Occidental como "la región más pacífica", cuando ocho países europeos, entre ellos España, están en la lista de los quince países más exportadores de armas.
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