miércoles, 2 de mayo de 2012

DOS DÍAS DE "LOS HIJOS DE LOS DÍAS"



Lazarillo


Aprovecho la substanciosa lectura del nuevo libro del escritor y periodista Eduardo Galeano, Los hijos de los días, cuya lectura recomiendo, para transcribir dos de los breves textos que conforman la estructura de la obra a través de cada una de las fechas del año. El primero se refiere a Islandia y se titula La buena salud: "En el año 2011, por segunda vez la población de Islandia dijo no a las órdenes del Fondo Monetario Internacional. El Fondo y la Unión Europea habían resuelto que los 320.000 habitantes de Islandia debían hacerse cargo de la bancarrota de los banqueros y pagar sus deudas internacionales a 12.000 euros por cabeza. Esta socialización al revés fue rechazada en dos plebiscitos:
-Esa deuda no es nuestra deuda. ¿Por qué vamos a pagarla?
En un momento enloquecido por la crisis financiera, la pequeña isla perdida en las aguas del norte nos dio, a todos, una saludable lección de sentido común”.

El segundo texto, titulado Miedos de comunicación, y que también se podría aplicar a la carencia de información que llega a nuestros medios procedente del proceso que sigue Islandia, recuerda el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, del que este año se cumple un decenio: “En el día de hoy [11 de abril] del año 2002, un golpe de Estado convirtió al presidente de los empresarios en presidente de Venezuela. Poco le duró la gloria. Un par de días después, los venezolanos, volcados en las calles, restituyeron al presidente elegidos por sus votos. Las grandes televisoras y las radios de mayor difusión de Venezuela habían celebrado el golpe, pero no se enteraron de que la pueblada había devuelto a Hugo Chávez a su legítimo lugar. Por tratarse de una noticia desagradable, los medios de comunicación no la comunicaron”.

Lo mismo ocurre ahora con la memoria de aquellos hechos, diez años después, como si esos mismos miedos de comunicación de entonces persistieran, tanto en Venezuela como en España -habida cuenta el apoyo prestado por el Gobierno de Aznar a la intentona golpista-, ante la próxima cita con las urnas de los ciudadanos de aquel país. Las encuestas favorecen claramente a quien no parece haber sufrido ni sufrir los desgastes de poder propios de otras jefaturas de Gobierno. Como mayor esperanza para sus intereses, sus adversarios políticos se están cebando en explotar alevosa e ignominiosamente el mal estado de salud de Chávez para elaborar su más atractivo programa electoral. Los miedos de comunicación tampoco reflejan esto, por supuesto.

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