Félix Población
Supongo que la mujer, cuyo nombre ignoramos pero que probablemente llegaremos a conocer a lo largo del día porque algún medio estará interesado en su caso, tenía noticia de la llegada del ministro Cristóbal Montoro a la sede del ministerio de Economía a una determinada hora. Lo infiero del vídeo que ha facilitado la noticia, pues esa ciudadana se abre paso sin dificultad hasta el representante del Gobierno, una vez llega el coche oficial, y le plantea la pregunta a bocajarro, sin que el titular de Hacienda pueda escabullirse.
La señora quiere saber qué va a pasar con Bankia, donde tiene el dinero de todos sus ahorros desde que se puso trabajar a los 13 años, y el atildado Montoro la tranquiliza asegurándole con flemático automatismo que no debe preocuparse y que no tiene por qué sacar ese dinero del banco.
Me temo que las palabras de don Cristóbal no surten el efecto apetecido, pues la mujer sigue hablando en todo momento y cree necesario advertir al ministro que como le quiten sus ahorros mata a quien sea. En ese momento, una vez formulada esa frase, la anónima ciudadana acaba de dar en la clave para convertirse en noticia, algo que probablemente no hubiera conseguido de no haber expresado esa amenaza.
El valor noticioso de su intervención se fundamenta en hacer explícito como recurso desesperado ante la injusticia el proyecto de una acción violenta, a la que posiblemente no llegaría esa pacífica ciudadana a pesar de la quiebra que supondría para su porvenir el robo de tantos años de trabajo. Sin el verbo matar como réplica al verbo robar, no tendríamos hoy en los periódicos la noticia que es motivo de este comentario.
El ministro Montoro recurrió a la retórica al uso en los de su escalafón para tranquilizar a la señora respecto a sus ahorros, el mismo día en que supimos que 400.000 accionistas de la entidad financiera perdieron el 62 por ciento de su dinero desde que Bankia salió a Bolsa hace diez meses. Sin embargo, escurrió el bulto, fuese y no dijo nada en cuanto escuchó la razón por la que su interpelante es hoy noticia en los medios. En este caso, debió pensar don Cristóbal, no hay retórica que valga.
A PUNTA DE PISTOLA
La foto es de marzo de 2011: Rodrigo Rato presenta la fusión de Caja Madrid con Bancaja y otras cajas menores para crear Bankia. Según dice hoy Esperanza Aguirre, experta en tirar balones fuera, esta fusión fue “un matrimonio a punta de pistola“. Ante tal confesión, cabe preguntarse tres cosas: ¿por qué no dijeron nada en su momento ni Aguirre ni Rato de este supuesto “atraco”? ¿Dónde está la pistola en la foto de la feliz boda? Y la más importante: ¿sabe Esperanza Aguirre qué partido que empieza por P y acaba por popular gestionaba Bancaja? El último de la derecha de la foto es Agustín González, el político de los trece cargos.@Escolar, El Diario.es
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