José Antonio Martín Medem
América Latina le ha advertido a Estados Unidos que no habrá otra Cumbre de las Américas si se empeña en excluir a Cuba. La realizada en Cartagena de Indias (la sexta desde la de 1994 en Miami) concluyó sin una declaración conjunta porque Barack Obama se negó a incluir la invitación a Cuba y el apoyo a Argentina en en su reivindicación de las Islas Malvinas.
Washington no ha conseguido sus objetivos, anunciados en Madrid por el diario El País: “Contener la penetración de China en América Latina, abrir mercados para sus empresarios y revitalizar la influencia política de Estados Unidos”. Obama reconsiderará su política hacia o contra América Latina si consigue la reelección y a la espera, mientras tanto, de las elecciones presidenciales en Venezuela y México. Una nueva victoria de Hugo Chávez y el regreso del PRI al gobierno pueden provocarle una ulcera política.
En la cumbre de Colombia, el presidente Juan Manuel Santos, aliado de Estados Unidos y que se autodefine como “un pragmático con principios”, aceptó su veto a la presencia cubana pero le dijo a Barack Obama, como portavoz de América Latina, en el discurso de apertura, que “sería inaceptable otra reunión sin Cuba porque su ausencia es un anacronismo de la guerra fría”. Incluso el agringado Felipe Calderón pasó por la isla en su viaje a Cartagena para anunciar que México se asociará con Cuba en el negocio del petróleo del Golfo.
El distanciamiento del gobierno de Colombia (que es el más amigo de Estados Unidos con los de México y Chile) se añade a la tensión con el de Brasil (por la hegemonía continental) y al enfrentamiento con los de la Alianza Bolivariana. Los presidentes de Ecuador y Venezuela no fueron a Cartagena y el de Bolivia advirtió que no aceptarán más imposiciones de Washington. “El imperio estadounidense desprecia a América Latina”, denunció el canciller venezolano Nicolás Maduro y la escolta de Barack Obama lo demostró. Agentes del servicio secreto y militares de las fuerzas de seguridad fueron expulsados de Cartagena por provocar una bronca con putas a las que no querían pagar después de haberlas utilizado en uno de los grandes hoteles de la capital colonial. Ha sido precisamente Maduro el autor del mejor titular para el nuevo escenario en América: Del Consenso de Washington se pasó al Consenso sin Washington.
De la sumisión al neoliberalismo depredador de Estados Unidos a la defensa de la soberanía nacional, la justicia social y la integración regional. América Latina apoya al gobierno de Argentina en la posible expropiación de YPF para que Repsol se someta al procedimiento que ya acepta en Brasil y Venezuela: la asociación con la empresa del Estado para participar en la comercialización del gas y del petróleo como recursos de valor estratégico, cuya explotación debe planificarse en beneficio de la soberanía nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario