jueves, 22 de marzo de 2012

PALESTINA Y LA OCUPACIÓN DE LOS MANANTIALES


Félix Población

El Estado de Israel le ha ido acortando a los palestinos de Gaza el horizonte del mar, reduciendo paulatinamente su ámbito de pesca. Las ONG denuncian de continuo los ataques de las patrulleras contra los pescadores hasta el punto de que algunos profesionales han llegado a considerar el suyo un oficio mortal. El 80 por ciento está desempleado y las capturas se han reducido a la mitad. Israel alega que ataca únicamente cuando existen sospechas de contrabando o cuando los barcos superan el límite establecido para faenar, que ha pasado de las veinte a las tres millas náuticas en los últimos años. Quienes quieran tener una versión directa de los hechos, deberían visionar el documental Puertas al mar.

Pero si en Gaza se ha reducido hasta tal extremo las posibilidades de trabajo y sustento de los pescadores palestinos, en Cisjordania son los colonos judíos los encargados de ejercer una acción similar contra los agricultores. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios acaba de señalar en un informe que los colonos han tomado el control de docenas de manantiales en la zona ocupada de Cisjordania. Esa pérdida al acceso de las fuentes de agua y a las tierras adyacentes ha comportado para los granjeros palestinos la imposibilidad de cultivar sus tierras o, en el mejor de los casos, una drástica reducción en la productividad de sus cosechas.

Según uno de los investigadores que redactaron el aludido informe, los colones israelíes han tenido la luminosa idea de reconvertir hasta cuarenta manantiales ocupados en emplazamientos turísticos, con la instalación de diversas atracciones para fomentar el picnic. De tal modo, promocionándolos como lugares de esparcimiento y diversión, generan empleo e ingresos para los asentamientos, que como es de recordar son considerados ilegales por el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU.

Entre los manantiales ocupados, cuyos antiguos nombres han sido cambiados por otros con denominación hebrea, está el de Ein el Qaws, en las inmediaciones de la localidad de Nabi Saleh, ocupado por los colonos de Halamish. Sus aguas han dejado de regar cientos de olivos y frutales de los lugareños de Nabi Saleh. Antes los niños del pueblo solían nadar allí. Ahora, según el informe, los colonos y los soldados les prohíben el acceso, aunque las autoridades israelíes lo nieguen. Alegan que eso solo pasa los viernes, cuando los palestinos organizan sus protestas contra la ocupación del manantial.

Por lo general, decía a Euronws hace unos días el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, el agua para el consumo de los territorios ocupados es inferior al mínimo aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS): hablamos de unos 70 litros por habitante y día en Palestina, frente a los 100 litros establecidos por la OMS. Por tanto, es menos que el mínimo aceptado. Además Israel recibe el triple. El caso es que en los asentamientos hay una gran diferencia entre los colonos y los palestinos, sobre todo en el Valle del Jordán. La cantidad de agua disponible para los colonos es aproximadamente 18 veces superior de la que reciben los palestinos.

Europa debería reflexionar sobre la gran violencia que se ejerce contra un pueblo cuando hasta tal punto se le limitan los frutos del mar y la tierra que le pertenecen. "Es necesario comprender quién pone en práctrica la violencia -decía el escritor Julio Cortázar-, si son los que provocan la miseria o los que luchan contra ella".


1 comentario:

Anónimo dijo...

Está sembrao este blog.Cada vez mejor, cada vez más necesario.

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