martes, 6 de marzo de 2012

LA CRISIS Y LOS NIÑOS


Alejandro Prieto Orviz

Si hay un colectivo al que no se le pueden asignar cuotas de responsabilidad en la gestación de las condiciones políticas y económicas que dieron a luz la crisis actual y que, a pesar de sufrir directamente los duros golpes de la misma, no tiene la opción de acudir a las urnas, no levanta la voz en las calles ni manifiesta sus pesares en prensa, televisión y radio, ese es el de los niños. Padecen en silencio el drama de los desahucios, la escasez de alimentos en despensas y neveras, el eclipse de felicidad causado por la desestabilización emocional de las familias y el incremento de riesgos que amenazan su seguridad y salud como consecuencia de la precariedad o sequía de recursos en el entorno familiar y social, es decir, son rehenes vulnerables e indefensos ante circunstancias ajenas a su voluntad, de cuestiones que se les escapan de las manos. Cuidemos de ellos.

+@Lo más preocupante es comprobar que los niños asisten al derrumbe social y moral de sus padres, quienes se encuentran inmersos en los avatares de una crisis que no pueden controlar, víctimas del desempleo y la expulsión de la sociedad productiva, agobiados por las deudas y sin saber como salir, ni como avizorar un futuro, sin medir que preocupados por construir el futuro de sus hijos los están matando en el presente.
(Los niños y la crisis).

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