jueves, 26 de enero de 2012

¿POR QUÉ HA MUERTO UN PRESO EN CUBA?


José Antonio Martín Medem

Con las barbaridades de Guantánamo y de los miniguantánamos de los Ficheros de Internos de Especial Seguimiento y de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), los Gobiernos de Estados Unidos y de España no tienen autoridad moral para intervenir contra el de Cuba por la muerte de un preso. Pero quienes apoyamos el derecho de los cubanos a defender su soberanía nacional y la autodeterminación de su sistema político, podemos y debemos pedir por lo menos explicaciones.

Las denuncias de Amnistía Internacional (AI) no son verdades indiscutibles pero no se puede admitir el procedimiento desequilibrado de darles credibilidad sólo cuando les interesa a los amigos. En este caso, AI coincide con la oposición al considerar que “la responsabilidad por la muerte del preso de conciencia Wilman Villar Mendoza, después de una huelga de hambre, recae directamente en las autoridades cubanas que lo juzgaron sumariamente y lo encarcelaron por ejercer su derecho a la libertad de expresión”.

Si es verdad, según la versión de la disidencia, que lo encarcelaron por participar en una manifestación, condenado en un juicio sin garantías, y padeció una neumonía como consecuencia de su internamiento en una celda de castigo por declararse en huelga de hambre, el Gobierno cubano tiene que asumir la responsabilidad que le atribuye Amnistía Internacional.

Si es verdad, como asegura la información oficial publicada por el periódico Granma (vd. infra), que no era un disidente, que no estaba en huelga de hambre y que había sido encarcelado por golpear a su esposa y resistirse a la intervención de la policía, el Gobierno cubano tiene que explicar cómo enfermó de la “neumonía severa” que reconocen y por qué al trasladarlo desde la cárcel al hospital ya no pudieron impedir su muerte. La información de Granma no lo aclara.

El presidente de Cuba, Raúl Castro, denuncia continuamente la resistencia de la burocracia contra las reformas económicas y sociales. No parece exagerado que esos funcionarios con mucho poder puedan provocar conflictos que condicionen a los reformistas en la resistencia sin brechas ante la presión internacional. La muerte de Wilman Villar Mendoza se produce precisamente cuando se va a realizar la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba que con esta crisis puede ser controlada con más facilidad por los sectores del sistema cubano que bloquean la democratización del proyecto socialista en la isla.

No contribuye al acceso sobre la verdad de lo ocurrido el manejo de los medios de comunicación en Cuba que, según el documento para el debate en la Conferencia del PCC, deberían “desarrollar un periodismo objetivo y de investigación que permita desterrar la autocensura, la mediocridad, el lenguaje burocrático y edulcorado, el facilismo, la retórica, el triunfalismo y la banalidad”.

Adenda
Nota informativa publicada en Gramma: Download (PDF, 91.33KB)

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