miércoles, 2 de noviembre de 2011

"MEJORCITA DE LO MÍO": TEATRO EN CARNE VIVA



Félix Población

Ya al acceder a sus butacas, los espectadores tendrán la primera aproximación a un espectáculo que en ningún momento dejará de interesarles. Pilar Gómez, la actriz, está en su camerino y les participa sus propósitos de comunicación con espontánea familiaridad. La función, definida como una conversación de Pilar Gómez y Fernando Soto en la dirección, lleva ya varias temporadas por los escenarios de España y ha vuelto a reponerse los domingos en la Sala Triángulo de Madrid, donde es acogida de modo entusiasta por el público. No es para menos. Pocas veces se puede asistir a un monólogo tan intenso, lleno y eficaz de recursos expresivos como el que nos ofrece Pilar Gómez a lo largo de casi hora y media de trabajo sobresaliente.

Quizá el título, “Mejorcita de lo mío”, en alusión a la expresión andaluza “voy estando mejorcita de lo mío”, no sea todo lo llamativo que la entidad del espectáculo merece para interesar a todo tipo de público, pues a todo tipo de público gustaría. Sí responde con precisión, sin embargo, al carácter de terapia teatral que Gómez ha querido ofrecer a través de esa charla con su director en la que, por medio de la indagación en unas circunstancias personales comunes y cotidianas, se ha logrado elaborar un libreto muy convincente, por lo vivencial.

Para que esa dramaturgia cobrara la altura e intensidad escénicas que se dan en el espectáculo, era requisito imprescindible que el trabajo textual se ofreciera al desnudo, con un montaje sobrio, como es el caso. De esta manera, no solo se resalta el contenido de lo que se cuenta, sino la notable capacidad actoral de Pilar Gómez para mantener al espectador absorto en la misma durante toda la función. Es de destacar en este sentido el movimiento escénico que Fernando Soto ha sabido dar al personaje para que su discurrir sobre las tablas nunca sea retórico o repetitivo por su dinámica.

El arranque de la función es vertiginoso. En veinte minutos en verdad antológicos, Pilar Gómez hace acopio de todas las dudas que suscita cada hora de nuestra cotidianidad, desde las coyunturas más nimias a las más existenciales. El espectador se sumerge en el mundo de Pilar y lo hace suyo por simpatía, ganado por el temple expresivo de la actriz, que formula toda su exposición con una envoltura formal de humor, presente en casi todo el espectáculo, a pesar de que en el mismo asistimos al proceso de curación de un personaje acosado por la soledad, los temores, la incomunicación, las contradicciones, decepciones y frustraciones del entorno personal y social.

Hay risas y llanto en la función de La escapista Teatro, y en muchos momentos no sabe el público cuál es la reacción que más se atiene a las incidencias. Ocurre cuando Gómez nos plantea las contradicciones de su filosofía ecologista, entre la conmovedora carta del indio Seattle y sus angosturas para disponer de cuatro cubos de reciclaje en su pequeño piso, o cuando se remonta a sus tiempos de colegiala y scout.

Pero al lado de eso también hay dramatismo cuando Pilar finaliza un extraordinario diálogo simulado con alguien que formó parte de su vida, o cuando dibuja las lágrimas en su rostro y se arrastra por el suelo sobre la palabra pena, que va inscribiendo en torno a sí misma hasta formar lo que podría ser una tela de araña, de la que solo se podrá curar/salir ella por su propia voluntad.

Desconozco si “Mejorcita de lo mío” le ha servido a Pilar Gómez para liberarse de la tela de araña de la pena a través del teatro como terapia, tal como sucede al final del montaje, pero lo que sin duda han conseguido ella y su director es uno de los monólogos más memorables puestos en pie en nuestros escenarios. Enhorabuena.

2 comentarios:

Folía dijo...

Yo también lo vi y quedé impresionada.Te hace conectar con situaciones-sensaciones no se sabe si pasadas o todavía no superadas, te lleva a tu propio interior a través del humor, la ternura y sobre todo una capacidad actoral excepcional. Se funden la actriz y el personaje. Magnífico. Magnífica.

Consueta dijo...

Yo tamnién quiero felicitar a esa actriz y a su director por su trabajo. Y al autor de la crítica por su crítica porque si ese espectáculo lo hiciera Nuria Espert, mucho peor, lo tendríamos publicitado en todos lo medios.

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