martes, 15 de noviembre de 2011

EN LA MUERTE DE ESPERANZA, MADRE DE MAYO

Esperanza en Salamanca from Lagar de ideas on Vimeo.

Félix Población

La madre de Plaza de Mayo de Rosario, Esperanza Pérez Labrador, falleció el pasado domingo por la noche en Madrid a los 89 años de edad. La noticia la dio su hija Manoli Labrador, única sobreviviente, junto a Esperanza, de una familia duramente castigada por el terrorismo de Estado. En 1976 desapareció Miguel Labrador, hijo de Esperanza, y luego fueron torturados y asesinados su esposo Víctor Labrador, su otro hijo Palmiro y la esposa de éste Edith Graciela Koatz.

Estos casos cobraron trascendencia internacional desde el momento en que el juez Baltasar Garzón se puso a investigarlos, cuando todavía regían en aquel país las leyes de impunidad. Es de recordar a este respecto el magnífico libro escrito por Garzón y Vicente Romero El alma de los verdugos.

La azarosa vida de Esperanza Pérez Labrador fue noticia de actualidad en España durante los últimos meses, a raíz de la publicación del libro que lleva su nombre, Esperanza, del que es autor el periodista cacereño Jesús María Santos, cuya presentación corrió a cargo de Baltasar Garzón en un acto que se celebró en la Casa Encendida de Madrid el pasado mes de septiembre.

Esperanza Pérez nació en 1922 en Camagüey (Cuba). Hija de un matrimonio español que un día tuvo la necesidad de emigrar para dejar atrás las penurias de la vida campesina en un pueblo de la Sierra de Francia, su madre murió durante el parto, y su padre, incapaz de hacerse cargo de ella, la entregó a una familia cubana de apellido Mestril. Recuperada siete años después por su progenitor, éste volvió con la niña a San Esteban de la Sierra, su localidad salmantina de origen. Una vez casada, Esperanza regresó a la Argentina en 1950.

Norma Vermeulen, de Madres de Plaza de Mayo de Rosario, recordó así a su compañera de lucha de tantos años. “Nos conocimos en 1977, todas teníamos el mismo dolor, aunque lo de ella fue aumentado por todo lo que había pasado en su vida. No tenía miedo a nada, ni a nadie, y si tenía que enfrentarse a cualquier milico lo enfrentaba y le decía de todo [así lo hizo con el propio general Galtieri]. Luchadora hasta el final, porque aun después desde España siguió luchando hasta ahora con las fuerzas que le quedaban”.

“La conocí por medio de Nelma Jalil, cuando no sabía dónde buscar a mi hijo. Fui a su casa, me contó toda la historia, incluso me regaló cinturones, de los pocos que le habían quedado de su fábrica devastada, porque se llevaron todo después de matar a su marido y su hijo”, recordó Vermeulen.

“Ella señalaba a quienes están siendo juzgados ahora. Uno de ellos había simulado ser amigo de Palmiro, y lo vio ella, por eso hacen hincapié tanto en esos que están siendo juzgados ahora, porque ellos los conocieron, fueron a su casa, torturaron a su esposo, y después de ahí fueron a buscar a Palmiro y los mataron a todos. Por eso nos duele que todo esto sea tan lento y sigan por la calle los responsables, como (el ex teniente coronel) Víctor Hugo Rodríguez.

Desde distintas organizaciones argentinas de derechos humanos se expresó el pesar por la muerte de Esperanza Pérez Labrador, y adelantaron que hoy, a las seis de la tarde, en la Plaza 25 de Mayo, se celebrará un homenaje en su memoria.

Se da la circunstancia de que la última presentación del libro aludido tuvo lugar en la Casa de las Conchas de la ciudad de Salamanca el pasado 4 de noviembre, en un acto que debió de ser especialmente emotivo para la protagonista. Esperanza falleció como consecuencia de las complicaciones derivadas de una operación quirúrgica en su corazón, aunque su corazón quede descrito, abierto y vivo para siempre en las páginas de su historia, uno de los testimonios más hondos y elocuentes de lo que representó la brutal dictadura de los generales. "Mataron a una juventud hermosa", decía Esperanza, y ella no dejó de mantenerla viva en la memoria de su corazón con el ejemplo de su lucha.

PS.- Lo que dijo de Esperanza el juez Baltasar Garzón: "Al recordarla no puedo evitar que las lágrimas me enturbien la vista y el recuerdo. No es posible sufrir tanto dolor y mantener la dignidad. Perder a su marido, tres hijos y una nuera, y presentarse firme exigiendo justicia es algo que te reconforta y te hace avergonzarte por todas las veces que has tenido dudas o desinterés por la justicia".

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1 comentario:

LAURA dijo...

En mi nombre y en el de mi familia, quiero agradecer las incontables muestras de pesar, compañerismo y solidaridad que hemos recibido con motivo de la muerte de mi madre, Esperanza Pérez Labrador.
Deseo señalar la manera respetuosa en que han recordado a Esperanza los medios de prensa, tanto en Argentina como en España, poniendo de relieve su vida de madre trabajadora, su compromiso con la lucha por los Derechos Humanos, sus convicciones, su perseverancia y su inquebrantable voluntad.
Agradezco también el recuerdo sincero y el apoyo emocionado de tantos compañeros y compañeras de militancia, de Madres y Abuelas, de organismos de Derechos Humanos, autoridades de diferentes estamentos gubernamentales, y también los innumerables mensajes recibidos a través de las redes sociales, muchos de ellos de personas desconocidas de diferentes países que habían reconocido en mi madre a una auténtica luchadora por la dignidad humana.
Gracias a todos, y que el recuerdo de Esperanza siga marcando el camino en la búsqueda de Verdad y Justicia.
Manuela Labrador Pérez

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