viernes, 21 de octubre de 2011

"UNA DEMOCRACIA SIN TERRORISMO, PERO NO SIN MEMORIA"*


Félix Población

Finalmente, y tal como se preveía, le va a corresponder a José Luis Rodríguez Zapatero el papel histórico de haber sido el presidente del Gobierno que, un día como ayer, ha puesto punto final al terrorismo de ETA. La noticia del cese definitivo de la lucha armada, comunicada por dicha organización cuando queda un mes exactamente para la celebración de los próximos comicios generales, es probablemente lo mejor que le ha pasado a este país en los treinta y pico años que llevamos de democracia.

Se trata, en palabras del propio Zapatero, de una victoria de la ley y la razón contra 43 años de atentados, secuestros y extorsiones que han sumido a España y al País Vasco en un inolvidable río de sangre y ha dejado como trágico balance 829 víctimas mortales, cientos de heridos y miles de familias marcadas por el trauma de una violencia que, a la postre, ha sido tan cruel como inútil.

Aunque ni Zapatero ni el ex ministro de Interior Pérez Rubalcaba, candidato del Partido Socialista a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales, hayan hecho la más mínima alusión a los méritos de su gestión al frente de la lucha antiterrorista, es de obligado cumplimiento reflejar, en todo comentario que se haga sobre el final de ETA, que buena parte de la victoria de la democracia sobre la violencia de la banda armada se ha debido a la diligente y exitosa campaña de persecución, acoso y detenciones llevada a cabo desde el año 2004, con hasta cinco cúpulas de ETA descabezadas en el último trienio.

De todos los periódicos de difusión nacional que hoy he podido ojear por encima, para evaluar la interpretación que de ese hecho sin duda trascendental han dado en sus portadas, me quedo con la del diario Público. El periódico, sobre fondo rojo, titula en su primera Agur, ETA, con la fecha de ayer y el mensaje del cese definitivo y sin condiciones de la violencia. En la contraportada, también sobre fondo rojo y con letras blancas, este mismo rotativo da una relación completa con los nombres de las 829 víctimas mortales.

El diario Público ha tenido en cuenta, para significar tan acertadamente la fecha de ayer, las palabras del propio presidente del Gobierno al afirmar en su alocución, de la que no estuvo ausente un cierto y comprensible acento emotivo, que estamos en una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria. La frase es muy acertada y puede aplicarse por igual a las víctimas y a las familias de las víctimas inocentes de toda acción armada e impuesta para sembrar el terror.

Mañana, sábado, en el cementerio de Salamanca, tendrá lugar una ceremonia para conmemorar la ampliación del monumento a las víctimas del franquismo. Hasta hoy había inscritos allí los nombres de 258 de personas asesinadas por el bando rebelde durante la Guerra de España. El nuevo número de víctimas que figurará a partir de mañana en el monumento será el de 848 más, superior al que ETA ha contabilizado en 43 años.

Conviene recordar que en Salamanca apenas hubo resistencia republicana durante la Guerra de España. Esto es, que la única acción terrorista tiene a Franco como responsable, aunque hoy, en esta democracia sin terrorismo pero no sin memoria, Franco siga siendo alcalde de honor de la ciudad y su efigie labrada en piedra permanezca en un medallón de la Plaza Mayor.

*Artículo publicado en Crónica Popular

1 comentario:

Protestaloquequieras dijo...

En primer lugar, al leer de nuevo la noticia del comunicado, me viene a la mente una idea que intento rechazar, pero lo cierto es que un cese de su actividad armada me recuerda a la última “tregua definitiva”. Al fin y al cabo, ¿Qué diferencia hay entre una y otra? Ambas suponen un cese de la actividad terrorista como tal, pero de ninguna de ellas se deriva una disolución de la banda, es decir, ni en aquella ni en esta se anuncia el final real de ETA.
Protestaloquequieras: ¿De nuevo nos encontramos ante una mentira de ETA?

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