Lazarillo
El padre le dice a su hijo: "Dile a tu madre que va a tener que ir como las zorras, mirando por la calle para adelante y para atrás, porque en cualquier momento la voy a matar". El juez Juan del Olmo, que lo es de la Audiencia Provincial de Murcia, no considera lesivo el calificativo, pues el término zorra, según él, es el propio de un animal que debe actuar con especial precaución y no el que el común de los mortales interpreta cuando se dirige a una mujer. Pero incluso en el supuesto de que esta última acepción (5. Diccionario de la RAE: prostituta, mujer pública) fuera desestimada por el contexto de la frase, en lo que hasta la propia abogada de la víctima podría estar de acuerdo, lo que no se entiende es por qué Del Olmo revocó asimismo el delito de amenazas que comporta esa declaración de intenciones homicidas.
Esto, en un país que soporta al año cifras tan altas de violencia machista como el nuestro (51 mujeres asesinadas en lo que va de 2011, 85 en 2010, 68 en 2009, 84 en 2008), me parece una grave irresponsabilidad. Mucha más si se tiene en cuenta que en el currículo de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia hay una quincena de sentencias absolutorias a presuntos maltratadores, esa especie en creciente estado de agresión que, más que indultos o condenas ridículas, requeriría por parte de la justicia el máximo rigor.
Sin ir más lejos, el pasado mes de agosto la citada sala entendió que no eran constitutivos de delito de maltrato familiar las bofetadas que un hombre propinó a su pareja en la calle, a la que además pateó en el suelo después de tirarla. Eso solo le costó al acusado una multa de 90 euros. Tampoco constituyó un delito de maltrato que una mujer duerma en el suelo de su domicilio por temor al hombre que horas antes la había insultado y quemado además con un cigarrillo. O una expresa amenaza de muerte, castigada con el pago de dos euros por día durante diez a la mujer amenazada.
Después de revocar al menos quince condenas por maltrato, en un país donde la violencia machista está ocasionando la muerte de casi siete mujeres cada mes, es lógico preguntarse qué problema tiene el juez Del Olmo con las mujeres, tal como hace hoy en el diario El País Ana Valiente: "Al juez del Olmo le he visto instruir el caso del 11-M y sufrir en silencio parapetado en sus gafas, mostrando una tímida ternura consolando a la fiscal Olga Sánchez, incluso le he visto, en algún momento de ese dramático proceso, que se le escapaban unas lagrimillas. Entonces me pareció, además de un gran profesional, un hombre íntegro y sensible. Le hemos visto llorar, toda España le ha visto llorar. ¿Dónde está ahora esa ternura, dónde está esa entereza y ese bien hacer que le caracterizó hace unos años? ¿De verdad cree el señor juez que si mi marido, después de amenazarme delante de mi hijo, me llama zorra es porque cree que soy muy astuta? Señoría, ¿usted piensa que los españoles somos idiotas? ¿Cree en la superioridad del sexo masculino? ¿Qué problema tiene con las mujeres? ¿Qué le ha pasado al juez Del Olmo?".
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A MODO DE CARTEL ELECTORAL
Kalvellido
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