viernes, 28 de octubre de 2011

MARIO CONDE, EL HOMBRE QUE SUSURRABA A LOS PAVOS



Lazarillo

En repetidas ocasiones, este Lazarillo, al que ahora parece que Google ha desestimado como inspirador y escribidor del modesto Diario que el lector tiene ante sus ojos (han dejado de aparecer en Google las entradas que aquí se registran), recurrió a los artículos que Ana Cuevas Pascual publica con cierta asiduidad en los diarios Público y El País. Además de aportar unos puntos de vista muy personales y valiosos, desmarcados de criterios convencionales y siempre con una perspectiva de izquierda independiente y crítica, los escritos de Ana se caracterizan por su concisión y pulcritud expresivas, tan meritorias como nada habituales en la literatura periodística corriente.

Por todo ello, este Lazarillo quiso saber de su autora y se propuso dar con ella para participarle la opinión de la que aquí dejo constancia. Escribe Ana -como no podía ser menos- un excelente blog, http://kuentoschinos.blogia.com/, donde expone sus afanes y razones -me dice ella que a golpe de corazón- para comunicarse a través de la palabra con estas pocas líneas, privadas de toda notoriedad: "Mi nombre es Ana. Escribí, principalmente poesía, hasta los 17 años. Después estuve más de veintiseis años sin hacerlo. Durante este tiempo y en la actualidad trabajo como limpiadora en un hospital público. Llevo mucho tiempo enredada en cuestiones sindicales ( en un sindicato libertario), medioambientales y sociales. Soy madre de dos hijos. En este blog vomito la extrañeza que a menudo me produce mi existencia y el mundo que me rodea. Espero que os inquiete lo suficiene para que queráis seguir leyéndolo. Salud, República y un fraternal abrazo."

La última entrada del citado blog no alude al divertido episodio en el que Gran Wyoming se refería a Mario Conde como el hombre que susurraba a los pavos, tras la lectura de un fragmento del último libro del aludido, sino a las opiniones recogidas por Gonzo, el batallador reportero de El Intermedio, en el acto que tuvo lugar con motivo de la presentación del producto editorial (llamarlo obra sería excesivo). Personalemente no tengo reparo en asegurar que, así como Wyoming logró divertirme, la actitud expeditiva y chulesca de Conde y sus varios guardaespaldas (¿los paga él, qué es lo que teme, de quién se quiere defender?), que a punto estuvieron de dar con Gonzo en el suelo de un empujón, me transmitió inquietud y desasosiego. Tipos como el mentado están reñidos con una sociedad en la que la libertad de pensamiento, expresión y crítica aseguran la pluralidad informativa y el desempeño democrático de la comunicación. Contra eso, si es preciso y como denunciaron las cámaras de La Sexta, son capaces de utilizar o de amagar sin contemplaciones la fuerza bruta.

Dice Ana Cuevas en su blog: "Gonzo, el audaz reportero de El Intermedio, acudió a la presentación del último libro de Mario Conde. En este incomparable marco se le ocurrió formular una pregunta al personal asistente estableciendo una comparativa entre el sr. Conde y el sr. Roldán, ambos ex-convictos del delito de meter la mano en caja ajena. Sorprendentemente, la totalidad de los encuestados restablecerían su confianza en don Mario pero no lo harían, bajo ningún concepto, en el antiguo director de la guardia civil. Y hete aquí el argumento empleado para reivindicar al actual tertuliano de Intereconomía: Mario Conde, al menos, tiene un título universitario. Pertenece a otra clase, vamos. Porque hasta entre los ladrones hay categorías. No importa que ninguno de estos nefastos personajes haya devuelto el dinero sustraido. El zafio e indocumentado Roldán no está a la altura del relamido abogado
Conde nunca restituyó los 600 millones de los que se apropió, sin presunciones, cuando presidía Banesto. Pero esta cuestión no ha sido óbice ni cortapisa para que el ex-presidiario titulado pontifique sobre economía desde las cadenas de la caverna mediática. De hecho, invirtió gran parte de su cuantiosa fortuna en el Grupo Intereconomía. Aunque ésta no es su única aventura financiera en el campo informativo. También figura como accionista y socio de la unidad editorial del ínclito Pedro J. en El Mundo. Y hace un tiempo, se dejó unos buenos cuartos en editar su propia revista, MC, en el extinto diario YA auspiciado por otro ilustre letrado de la crónica negra nacional, Emilio Rodríguez Menéndez.

Otra cosa es dilucidar de dónde salió el capital que emplea don Mario para sus escarceos mediáticos y por qué, a pesar de haber amontonado tanta pasta, no ha devuelto un solo euro de lo que afanó. Evidentemente, tener estudios es un grado. Aún más es una garantía de que en este país, aunque te pillen con las manos en la masa, sabemos perdonar a los facinerosos. Claro, siempre que sean doctor honoris causa y les quede fetén el pelo engominado. Algo así debió intuir El Lute cuando decidió estudiar derecho detrás de los barrotes".

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El ayer del que venimos

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