lunes, 26 de septiembre de 2011
QUE EL ARCHIVO DE NEGRÍN SIRVA DE MEMORIA Y DE CONCIENCIA
Félix Población
Quiero dejar constancia resumida de la alocución pronunciada el pasado sábado por Carmen Negrín, nieta de Juan Negrín, con motivo de la entrega de una copia digital del archivo de su abuelo al Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH) de Salamanca, dado que los medios de información la ignoraron. Juzguen ustedes mismos, por el contenido, si la misma debería haber sido noticia o no, al margen de las declaraciones oficiales de la ministra de Cultura con relación al futuro del citado Centro. A mí se me antoja que, como ocurriera con quien fue el último jefe del Gobierno de la segunda República -cuya personalidad política fue ignorada y/o tergiversada-, a Carmen Negrín la persigue en España similar suerte, pues sus discursos también se ignoran y/o tergiversan, como me confesó que le había ocurrido recientemente en Málaga, donde los tres diarios de la ciudad cambiaron totalmente el sentido de sus palabras con relación al papel de la Iglesia en la Guerra de España (para ella es erróneo el concepto de Guerra Civil).
Debo consignar, asimismo y entre paréntesis, en relación con el acto celebrado el pasado sábado en Salamanca, que la presencia de la ministra de Cultura en la entrega del archivo de Negrín tuvo su continuación en la ceremonia de poner la primera piedra del edificio en reconstrucción que albergará en un par de años el CDMH, y que dicha ceremonia no contó con la asistencia del alcalde de la ciudad (Partido Popular), como sería lo propio cuando Salamanca va a contar con un centro de la importancia del que se habla. Esto, sin duda, da qué pensar acerca del interés del primer edil y su partido por el Centro Documental de la Memoria Histórica, memoria por la que su jefe, Mariano Rajoy, sí ha confesado públicamente su desinterés. Dicho esto, paso a la breve alocucíon de Carmen Negrín:
Cuando Colin Powell, en la sede de las Naciones Unidas, intervino a favor de la acción armada que trajo consigo la invasión de Irak, hizo cubrir la reproducción del Guernica de Picasso como si el cuadro siguiera siendo la voz de una conciencia que no se puede silenciar. El propio pintor había definido su obra como un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo, pues para él la Guerra de España fue la batalla de la reacción contra el pueblo, contra la libertad: Toda mi vida de artista –dijo durante la elaboración de dicho cuadro- no ha sido más que una lucha continua contra la reacción y la muerte del arte. En el panel en que trabajo y que llamaré Guernica y en todas mis obras recientes, expreso claramente mi horror ante la casta militar que ha hecho caer a España en un océano de dolor y muerte.
Carmen Negrín tuvo en cuenta esa cita de Picasso y relacionó el regreso del Guernica a España en 1981, procedente de Nueva York, con la posibilidad de que el retorno del archivo de su abuelo sirva ahora también de memoria y, sobre todo, de conciencia. Por esta razón, antes de hacer entrega de la copia digital del mismo, la nieta del último jefe del Gobierno de la segunda República quiso responder públicamente a una serie de preguntas, cuyas contestaciones fueron determinantes para tomar esa decisión:
"La primera pregunta fue relativamente fácil de contestar: en su momento, mi abuelo luchó por preservar el patrimonio del Museo del Prado por considerarlo patrimonio universal. Para ello, con la ayuda de la Sociedad de Naciones, logró sacarlo integralmente de España, protegiéndolo de los bombardeos indiscriminados de los aliados de Franco y acordó que regresara una vez la lucha armada finalizó. Del mismo modo, logró preservar su archivo, clave para entender la memoria de un gobierno, base de un estado democrático, sacándolo de España, y, poco después, protegiéndolo de la ocupación nazi en Francia". Fue decisión de Juan Negrín, la entrega al Estado español de los documentos referentes al mal llamado oro de Moscú, documentos que según su nieta fueron ocultados y prácticamente olvidados desde el mismo momento en que las copias certificadas salieron del archivo. Por valorar esos documentos por primera vez, algún estudio del historiador Ángel Viñas, que tan a fondo ha reivindicado y dignificado la figura política de Juan Negrín -tan denostada tanto por los franquistas como por algunos sectores republicanos-, fue censurado en los primeros años setenta.
"Tengo que admitir –señaló Carmen Negrín- que la segunda pregunta (si el país había evolucionado suficientemente para preservar ese archivo y valorarlo debidamente), fue la más difícil de evaluar. España no es una república y los reflejos franquistas están tan profundamente arraigados que a veces un exiliado o hijo o nieto de exiliado, como yo, se siente desconcertado ante ciertas reacciones o preguntas. El hecho mismo de que Juan Negrín sea o haya sido durante muchos años más desconocido en su país que fuera, me parecía sorprendente, pues ¿cómo se puede entender una guerra que afectó, directamente o indirectamente, a todos los españoles, si uno desconoce a sus principales actores? Es como tratar de entender la segunda guerra mundial sin saber quiénes fueron De Gaulle o Churchill".
La nieta de Negrín tenía además otras dudas: ¿Como en un país europeo, el Estado no se ha implicado directamente, en el transcurso más de treinta años, en sacar de las fosas comunes y dignificar a todas las víctimas del franquismo? ¿Por qué se ha dejado pudrir a más de 30.000 víctimas justo debajo de la tumba-mamotreto del responsable de sus muertes y de su ideólogo? ¿Por qué se recibe con tantos honores, en un país no laico pero sin confesión estatal, al más alto dignatario del Vaticano, sin que este haya jamás pedido perdón por su colaboración en el exterminio más importante que se ha llevado a cabo en Europa después del genocidio judío? "Pero lo que me sorprende aún más -continuó Carmen Negrín-, es ¿cómo, a pesar de la facilidad de acceso a la información primaria, se puede todavía equiparar un gobierno legítimo y legal con una banda golpista? El haber ganado una guerra no da automáticamente la razón, ni justifica el mismo tratamiento que al vencido. Supongo que la única respuesta que se impone, es que el sufrimiento ha debido de ser tan tremendo que, pese al paso de los años, sobra miedo, sobra silencio y sobra desconfianza".
Ante estas contradicciones fundamentales de un régimen en el que se han restablecido las libertades públicas, a través una democracia monárquica, Carmen Negrín estimó que lo mejor era dar a conocer el máximo de información, para lo cual consideró imprescindible el archivo del propio ministro de Hacienda, en plena guerra, la documentación de la Presidencia del Gobierno y la documentación del ministro de la Guerra. "Si en un principio, mi objetivo fue dar a conocer la figura política de mi abuelo -afirmó-, a medida que iba avanzando en el trabajo que yo llamo de excavación en el archivo, rápidamente me pareció obvio que su destino era inseparable del de la segunda República, y que, aun sin conocer a fondo el archivo, había que dejarlo hablar por sí mismo, para que así poco a poco fuera cayendo la historiografía franquista. Es necesario para el futuro. No es solo una cuestión de conocimiento y cultura , es una cuestión de ética y de conciencia, esa conciencia, que, como el cuadro de Guernica, nunca calla".
¿QUÉ HARÁ RAJOY CON EL VALLE DE FRANCO?*
Félix Población
El abuelo de Rajoy fue unos de los redactores del Estatuto de Galicia con la segunda República, pero más de una vez dejó dicho que la Ley de Memoria Histórica no sirve absolutamente para nada y que no tiene ningún interés en que esté en vigor. Es probable, por lo tanto, que con su previsible victoria el 20-N, ese criterio y los recortes económicos que con toda seguridad hará su gobierno, acaben con la política de subvenciones que su predecesor en La Moncloa dedicó a la aplicación de esa ley. Una parte de los 20 millones de euros destinados en los últimos cinco años tuvo por objeto la apertura de fosas donde están enterradas las víctimas del franquismo.
Entre las cuestiones pendientes que dejará Zapatero referidas a esa materia, sobre todo por la prevención y dilación puestas en acometerla, se encuentra el destino que se dará al Valle de los Caídos, la basílica católica donde está enterrado el dictador y que durante todo su régimen fue identificada por los españoles como el mausoleo donde reposaban los caídos por Dios y por España. El monumento, en el que trabajaron presos republicanos, fue escenario después de la muerte de Franco de repetidos homenajes en su recuerdo, hasta que la Ley de Memoria Histórica prohibió ese tipo de celebraciones.
Era intención del ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, que una comisión de expertos reinventase el Valle de Franco como ámbito de lo que se ha dado en llamar una memoria histórica reconciliada, algo para la cual -sobre todo después del adelanto de los comicios- ya no habrá tiempo. Cabe suponer, por lo tanto, que corresponderá al gobierno de Rajoy tomar alguna decisión al respecto, aunque lo probable es que don Mariano no lo haga. No tiene ningún interés en que ley esté en vigor, según sus propias palabras, ni se lo perdonaría ese porcentaje estimable de votantes franquistas de los que se nutre su partido.
Espero que eso no comporte el retorno cada 20-N de los nostálgicos del viejo régimen al Valle de Franco para homenajear a su caudillo. Lo acordado por el Consejo de Europa, cuando condenó el franquismo en 2006, fue que el 18 de julio sea la fecha que lo recuerde y que se instale una exposición permanente en el Valle de los Caídos en homenaje a los presidarios republicanos que lo construyeron. Si eso no llegó a cuajar con quienes redactaron y aprobaron la Ley de Memoria Histórica, ¿qué se puede esperar de quienes la reprueban?
*Artículo publicado hoy en el diario Público
1 comentario:
No me extraña que los medios in-formativos hayan silenciado ese magnífico discurso. Hay que ir amoldando el cuerpo al nuevo traje político que ya se da por confeccionado.
Publicar un comentario