martes, 20 de septiembre de 2011

EL VALLE DE LOS CAÍDOS SEGUIRÁ CON RAJOY


Félix Población

Posiblemente nunca como esta vez, ante unas próximas elecciones generales, ha sido el PSOE más consciente de que lo suyo es perder. Falta saber si la derrota será dulce o amarga, en razón al calibre de la victoria que obtenga el Partido Popular. En todo caso, con el triunfo de este partido está claro que, aparte de los recortes que puedan sobrevenir en educación y sanidad, el PP va a servirse de la excusa de la crisis económica para pulirse la Ley de Memoria Histórica y la política de subvenciones que a este fin dedicó el gobierno de Zapatero en los últimos cinco años: 20 millones de euros, de los cuales el 29 por ciento tuvieron como destino abrir las fosas en que fueron enterradas las víctimas de la dictadura.

En este sentido, el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, asegura hoy en el diario El País que nunca hemos visto la más mínima comprensión en el PP hacia este asunto. Antes al contrario, solo hemos oído frases despectivas del tipo “esto no le importa a nadie”. Así lo expresó Mariano Rajoy de manera rotunda cuando dijo: La Ley de Memoria Histórica no sirve absolutamente para nada. No tengo ningún interés en que esté en vigor. Falta saber cuál será la actitud del Partido Socialista en la oposición en relación no solo con la memoria y dignidad de las víctimas del franquismo, sino con dos iniciativas puestas en marcha por el PSOE desde el Gobierno de la nación.

Me refiero a la reinvención del Valle de los Caídos como escenario de una memoria histórica reconciliada, según diseño un tanto artificioso previsto por la comisión de expertos que acordó el actual ministro de la Presidencia, señor Jáuregui, y al nuevo Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), ubicado en Salamanca.

En el primer caso es muy probable que con la llegada del Partido Popular al poder no haya variación alguna en la basílica de Cuelgamuros donde está enterrado el dictador, pues no se lo perdonaría un porcentaje muy estimable de los votantes franquistas con que cuenta ese partido. Esto quiere decir que el Valle de Franco lo seguirá siendo por algunos años más, tal como ha ocurrido a lo largo del vigente periodo democrático. Dado que Rajoy no tiene ningún interés en que la Ley de Memoria Histórica esté en vigor, esperemos que bajo su presidencia no retornen los nostalgicos del viejo régimen a honrar a su caudillo cada 20-N.

En cuanto al edificio del nuevo CDMH, cuyas obras de construcción se iniciaron precisamente este verano con el fin de albergar un importante centro documental sobre buena parte de la historia de España en el siglo XX, cabría la posibilidad de que también aquí el PP rebajase o ahorrase las ambiciones inversoras. Con lo que ya se puede contar, desde luego, es que vista la opinión de don Mariano sobre la memoria histórica, estas dos palabras van a caerse del frontispicio del nuevo centro.

+@Rajoy y la erótica del poder
Crónica de la presentación en Madrid de la autobiografía de Mariano Rajoy En confianza, donde se dio cita una legión de tiralevitas, como no podía ser de otro modo en las actuales circunstancias. Antológico el beso entre Rajoy y Cervera que la ilustra.

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