Lazarillo
Acaba de ponerse en marcha en la comunidad de Madrid, tal como ya ocurre en otras autonomías, lo que no sé si con certera o premonitoria calificación se ha dado en llamar facturas en la sombra, acaso porque el propósito es que las tales se queden en lo que son, acaso porque puedan derivar en el futuro en lo que algunos vaticinan y ensombrece la perspectiva de mantenimiento de un sistema público de salud.
La medida, que comportará al año un coste de 250.000 euros, consiste en expender a los pacientes que hacen uso de la sanidad pública una factura simbólica en la que se especifica la cuantía del servicio recibido, bien sea una operación quirúrgica, una atención de urgencias u otra de carácter primario.
Al tiempo que el usuario lee la cifra consignada en el papel, también reconsiderará el mensaje que llevará anexo la factura, se supone que a modo de concienciación para que el ciudadano no sea ajeno al gran esfuerzo económico que supone para todos los madrileños que financian la sanidad pública a través de sus impuestos. Personalmente estimo que la obviedad de esa referencia es para mosquearse, sobre todo si se tiene en cuenta que hacerla les costará a los madrileños 250.000 euros al año más de sus impuestos.
Para la ministra del ramo, Leire Pajín, esta es una medida pedagógica, mientras que para su compañero Tomás Gómez, que aspiró al gobierno de la comunidad madrileña, sólo puede tener sentido como un adelanto de lo que todo el mundo llama el copago y sería en todo caso el repago de la sanidad pública, pues el contribuyente volvería a pagar lo que ya viene pagando con sus nóminas.
Siguiendo la tesis de Pajín, mucho me temo que su pedagógico empeño vaya a servir a la postre como propaganda a favor del informe que reposa en la sombra en la Fundación FAES del Partido Popular. Es muy sintomático que dicho informe, que el PP iba a publicar este otoño, no vaya a ver la luz a hasta diciembre, pues cuando se preveía lo primero no se sabía aún que Zapatero iba a adelantar la fecha electoral para el 20-N.
En diciembre, pues, una vez consumado sin remedio el resultado en las urnas con la previsible victoria de don Mariano, sabremos si lo que se gestó y sigue en la sombra en la FAES casa con el sentido que a las facturas en la sombra le ha dado también la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública: la instauración del repago, sin más gaitas pedagógicas.
+@La austeridad pepera que se nos viene encima.
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