miércoles, 31 de agosto de 2011

INDIGNADOS CON VOZ Y VOTO


Félix Población

Yo no sé hasta qué límite puede nuestro Gobierno o el que venga ganar la confianza de los mercados, pero al paso que va esa exigencia es de temer que la confianza de la ciudadanía en nuestros políticos, grupos sociales e instituciones acabe por diluirse del todo, según muestra el llamado Barómetro Continuo de Confianza Ciudadana. Los políticos, los partidos políticos y los bancos están a la cabeza de la desconfianza que inspiran a la población, seguidos por el actual Gobierno, los obispos, los sindicatos y administración de Justicia.

El 67 por ciento de los encuestados cree que la actual crisis financiera está deteriorando gravemente nuestro sistema democrático. Hay un 79 por ciento convencido de que los Estados están a las órdenes de los mercados y quizá por esta razón otro 85 por ciento estima que así no hay forma de corregir la situación económica. De cada 10 conciudadanos 7 piensan que debe prohibirse cualquier ayuda con dinero público a los bancos y 9 de cada 10 apoyan la dación en pago de la vivienda para la cancelación de hipotecas.

Llama la atención ahora que la iglesia católica acaba de hacer ostentación de sus ferias del perdón, misas de excelsitud y muchedumbres devotas, que las peores notas entre las instituciones analizadas se las lleven los señores obispos: uno de cada 3 españoles puntúa con un cero sobre 10 la nula credibilidad que le merecen los respetables monseñores.

Frente a estos datos es oportuna la comparación con el naciente fenómeno de democracia directa, popular y participativa que está suponiendo el 15-M, pues es con toda seguridad consecuencia de los anteriores guarismos y cuenta también con la pertinente estadística. Entre 6 y más de 8 millones de ciudadanos dicen haber participado en ese movimiento. Lo hicieron de modo intenso entre 800.000 y un millón y medio de personas. Un 67 por ciento de los movilizados se considera de izquierdas y un 20 por ciento de centro-izquierda.

Los Estados prefieren ganar la confianza de los mercados a costa de perder la de los ciudadanos. La voz de estos y la democracia real se están haciendo oír con el 15-M, pero ¿habrá una opción de confianza para sus votos?

*Artículo publicado hoy en la columna Bocacalle del diario Público.

PS.-Creo que es elemental y urgente movilizar y definir el voto entre quienes participan en el Movimiento 15-M y lo apoyan, a fin de que la derecha y ultraderecha, suscritas sin fisuras al Partido Popular -que contará asimismo con un porcentaje de votos procedentes del desencanto psoísta-, no disfruten de su victoria gracias a la abstención de la izquierda. El caldo de cultivo de la democracia viva y participativa que ha venido creciendo estos meses atrás en las calles y plazas del país, no se puede quedar a la intemperie, sin representación en el Parlamento de la nación. Es preciso que las voces del 15-M tengan voz en el Congreso.

+@La cruz de Rubalcaba

4 comentarios:

Folía dijo...

Cuanto más se tranquiliza a "los mercados" más se irrita a la gente normal. Sin embargo quienes nos gobiernan (perdón, quienes gobiernan el país) pretenden que nos resignemos a lo que nos preparan.Y por lo que parece los ciudadanos tenemos una firme estabilidad pues todavía no nos hemos enfadado lo suficiente como para hacer tambalear la base sobre la que se sustenta la clase política y ésta haya de tomar medidas para tranquilizarnos.

Lorena dijo...

Llamazares habló de lograr un grupo parlamentario de izquierda bajo el nombre de La Izquierda, que en Alemania obtuvo una importante representación. El problema aquí a vincular a partidos como Esquera Repubublicana o el Bloque Nacionalista Galego, que van a lo suyo y no casan con el voto que La Izquierda puede obtener en el resto del estado. Por otra parte, La Izquierda, dentro del país, está dividida en múltiples grupos ecologistas, verdes y demás. El 15-M debería formar un partido con su nombre: 15-M, un partido equisocialista.

Arabiyo dijo...

Creo que no se conoce apenas la reforma de la ley electoral del pasado enero, con la cual el PPSOE y sus arrimados CIU y PNV se blindaron a sus escaños del Congreso. A partir de ahora si el 15M u otro movimiento "extraparlamentario" quiere acudir a unas elecciones, debe presentar tantas firmas o avales al menos como el uno por ciento de cada circunscripción. Esta maniobra unida al adelanto electoral dejará fuera de las elecciones del 20N a todos esos pequeños partidos que ya se habían hecho conocidos (piratas, en blanco, antitaurinos...) salvo quizas EQUO, la nueva federación de partidos ecologistas. Teneis la información en yoavalo.org.

LEDES dijo...

Entonces lo que se puede pensar, indefectiblemente, es que la reforma en cuestión puede estar hecha para evitar que la democracia real entre en el Congreso. En ese caso, la democracia real se habría de plega a engrosar con un voto a la izquierda que actualmente está en el Congreso.

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