jueves, 1 de septiembre de 2011

LA IZQUIERDA DEBE UNIRSE FRENTE AL HURACÁN DE LA USURA



Félix Población

Al tiempo que felicito al diputado Gaspar Llamazares por su breve y substancioso discurso en contra de la reforma constitucional aplicada con agosticidad y alevosía por el Gobierno y el Partido Popular, no tengo más remedio que deplorar, una vez más, el panorama que ofrecen en este país los partidos que se dicen de izquierdas ante las adversas circunstancias a que se verán sometidos el llamado Estado del Bienestar y, con ello, los derechos sociales y políticos de los ciudadanos.

Hoy reflejan los periódicos la actitud de la Fundación Equo, que aspira a ser partido político de cara a las próximas elecciones, en contra de la oferta planteada por Izquierda Unida para presentarse en una lista única el próximo 20-N. La formación que lidera Juan López de Uralde, de identidad rojiverde, se considera una opción diferente capaz de llenar el hueco que según Equo existe en España para los postulados ideológicos que dice defender. Ese suele ser el argumento común y recurrente de cuantos grupos ecologistas e izquierdistas se abren paso en España y que, a la postre, únicamente consiguen dispersar el voto de la izquierda sin que ninguno de ellos consiga llenar el hueco del que hablaba. Antes bien lo que logran es ensachar el vacío de la izquierda en el Congreso de los Diputados.

Juan López de Uralde Garmendia fue director de Green Peace en España durante un decenio y saltó a las portadas de la prensa nacional e internacional a raíz de su intervención y detención en Copenhage con motivo de la celebración de un foro mundial sobre el clima. Eso, probablemente, unido al intenso currículo que como activista ecologista ha desarrollado a lo largo de su vida, llevó a Uralde a plantearse la idea de liderar un partido político. Creo, por lo tanto, en la buena voluntad que lo guía, si bien no me parece que Equo pueda conseguir por sí mismo representación parlamentaria.

Esa formación debe ser consciente -por estar todavía en proceso de construcción en España-, que el papel que le corresponde actualmente ante la embestida de la derecha ultraliberal, no es el de rechazar ofertas para la unidad de acción con otros partidos de similar ideología, sino el de confluir al máximo con ellos, tal como parece que Equo tiene previsto hacer con algunos grupos del País Valenciano.

Es totalmente desalentador para el electorado de izquierda, que sin duda se podría ver incrementado el próximo 20-N ante la decepcionante y deplorable gobernación del Partido Socialista, que a dos mese y pico de la próximos comicios los titulares de los periódicos -tal como ha ocurrido hoy con Equo e Izquierda Unida- abunden en la desunión de la izquierda, para mayor beneficio de la dictadura boyante de los mercados, limitándose a abogar por un pacto de no agresión entre ellos. ¡Sólo faltaría que se pegasen!

Gaspar Llamazares terminó su alocución en el Congreso con una cita literaria muy oportuna de El mercader de Venecia. Según el diputado de IU, el mercader se salva finalmente por el amor y la política, porque la ciudad se pone del lado del amor y la política: Ustedes -afirmó Llamazares en referencia a quienes han apoyado la reforma constitucional- se han puesto del lado de la usura, señorías, y ese no es el papel de la ciudad, eso no es el papel de la democracia.

Para defendernos del huracán de la usura que trae consigo la dictadura de los mercados, en lugar de creerse capaz de llenar huecos a base de disgregarse, La Izquierda o los que se precien de representarla deberían confluir -como en Alemania- en un frente común, abierto al Movimiento 15-M, para que ideas y palabras tan necesarias como las expuestas por Gaspar Llamazarez a través de Shakespeare -y no el imperio del dinero- sigan siendo el fundamento y la razón de la política.

+@Las mejores películas sobre el 15-M las rodó Frank Capra hace setenta años.

+@¿Salvar el Estado del bienestar?
En realidad, lo que estamos viendo ahora es la repetición de lo que ocurrió en el periodo 1993-2008. La reducción del déficit público, requerido por el criterio de Maastricht, se consiguió a costa, no de aumentar los impuestos (que en realidad bajaron, sobre todo en las rentas superiores, reduciéndose un 37% para las rentas de más de 300.000 euros, pero sólo un 1,7% para la mayoría de la población que tributa al Estado), sino de disminuir el gasto público y sobre todo el gasto público social. Durante aquel periodo, la diferencia de gasto público social por habitante entre España y el promedio de la UE-15 aumentó considerablemente, de forma que en 2007, al inicio de la crisis, tal déficit de gasto público social de España con el promedio de la UE-15 era mayor que en el año 1993, cuando se iniciaron las políticas de austeridad. En España, los déficits públicos siempre se han reducido a costa de su Estado del bienestar. Creerse que ahora va a ser diferente es ignorar el temor del Estado español (tanto central, como autonómico) a enfrentarse con aquellos colectivos de mayores ingresos (que obtienen sus ingresos de las rentas del capital) y que no aportan al Estado lo que aportan sus homólogos en la UE-15. Así de claro.
Vicenç Navarro

2 comentarios:

Anónimo dijo...

También consuela un poco que un diputado sea capaz a estas alturas de leer y citar a Shakespeare.

Carlos Muñiz dijo...

iene toda la razón el señor Llamazares en su discurso [y que conste que no soy de su cuerda -lo era de Julio Anguita-] Y es que, como dice, es un desvarío, que no hay por donde lo coger. Y es que muchas de las cosas (casi todas) que dice van a misa jeje. Estamos en guerra contra el desastre, pero eso no se hace cambiando la constitución sino ahorrando y con esfuerzo, pero ahorrando en lo suntuario, que es mucho lo que gastamos en ese sentido, suntuario es tener a 50% de paro juvenil y 20% del general y no analizar en profundidad como combatirlo. Somos un país fertil, deberíamos producir alimentos más barato que nadie, somos expertos en construcción de casas, deberíamos construir casas baratísimas mejor que nadie y todo el mundo tener garantizada la vivienda. ¿Para que diablos queremos un AVE a la puerta de casa? Yo quiero tener un mercancías que cruce España desde Algeciras al Musel en un santiamen por la ruta de la plata."

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