jueves, 18 de agosto de 2011

FANATISMO LAICO*


Félix Población

Se conmemora este año el bicentenario de la muerte de Gaspar Melchor de Jovellanos, el jurista, escritor y político ilustrado, autor del Informe sobre la Ley Agraria de 1794, en el que denunciaba el atraso del agro español como consecuencia de la amortización eclesiástica y el exceso de órdenes y edificios religiosos. Sus proyectos reformistas para reducir el poder temporal de la Iglesia hicieron que la Inquisición lo encarcelara en el castillo de Bellver de Palma de Mallorca, a pesar de ser el prócer gijonés un fiel creyente.

A Emilio Robles Martínez (1877-1938), más conocido por el seudónimo de "Pachín de Melás", se le recuerda en la villa de Jovellanos por ser uno de los autores más populares de la literatura en asturiano, especialmente como escritor teatral. De filiación socialista, tuvo por primer oficio el de zapatero y más tarde regentó un kiosco en la calle Corrida de la ciudad asturiana, desde el que mantuvo hasta su muerte una pujante labor cultural. También profesó una gran admiración por Jovellanos, de la que da testimonio un hecho muy significativo ocurrido durante la Guerra Civil.

En los primeros meses de la contienda, la iglesia de San Pedro, donde estaban enterrados los restos de quien fuera ministro de Carlos IV, sufrió un incendio promovido por un grupo de incontrolados. Gracias a la intervención de Emilio Robles, que contó con el apoyo del alcalde anarquista de la ciudad, Avelino González Mallada, el propio escritor y varios compañeros pudieron rescatar el osario, que reposa hoy en la capilla de Los Remedios, anexa al actual Museo Casa Natal de Jovellanos. Un año después, con la entrada en Gijón de las tropas sublevadas, el kiosco de "Pachín de Melás" fue tambien quemado, esta vez por un grupo de falangistas, y el escritor pasó a ocupar una celda junto a muchos otros republicanos en la prisión de El Coto, donde falleció de tuberculosis.

Algunos obispos se han referido días atrás al fanatismo laico que se vive en España. Dado que los privilegios de que goza su institución son casi los mismos que con la dictadura, se diría que lo que añoran es la pervivencia del caudillo por la gracia de Dios que lideró su cruzada.

*Artículo publicado el pasado miércoles en la columna Bocacalle que firma el autor en el diario Público.

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