miércoles, 13 de abril de 2011

LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS NO GANAN LA CONCORDIA EN ISRAEL


Félix Población

Don Felipe de Borbón fue muy explícito con sus emociones durante su visita al Museo de las Víctimas del Holocausto, en Jerusalén. Dejó constancia de ello en el libro de honor, después de visitar las salas del centro con motivo de su estancia oficial en Israel. Tras afirmar que nuestro país concede gran importancia a la necesidad de transmitir a las generaciones futuras el valor de la vida, la libertad y la dignidad del ser humano -sin importar su raza, genero, religión o nacionalidad-, el Príncipe de Asturias reflejó en sus palabras el escalofrío de horror que se siente al rememorar aquellos días aciagos en que al pueblo judío le fue negado el derecho a existir.

Nada me gustaría más que creer en la humanidad y sensibilidad de don Felipe al dejar escrito ese mensaje bajo la bóveda del llamado Monumento a los niños, en memoria del millón y medio de judíos menores de edad que perecieron en los campos de exterminio nazis. Pero el hecho de que las rúbricas de los Príncipes de Asturias se hayan estampado precisamente en las dependencias que homenajean a los niños judíos muertos, me ha hecho recordar que la llamada Operación Plomo Fundido realizada por el Estado de Israel contra la franja de Gaza hace algo más de dos años se saldó con la muerte de 1.387 personas, de las cuales más de la mitad fueron civiles y 320 menores de 18 años, según la organización israelí de derechos humanos B’Tselem. En total, las Fuerzas de Defensa Israelíes (DFI) mataron a 191 niños.

Poco antes, los Príncipes de Asturias habían escuchado a Simon Peres decir que el Estado que preside hace todo lo necesario y lo seguirá haciendo para defender la seguridad de sus ciudadanos y poner fin al terrorismo, por lo que cabe suponer que ese Estado seguirá perpetrando operaciones infanticidas como la aludida, tal y como refleja su trayectoria desde la primera intifada de 1987, con un total de 1.500 niños palestinos muertos bajo las armas de las fuerzas de ocupación israelíes.

Cada año se otorgan en Oviedo los Premios Príncipe de Asturias, que gozan de un prestigioso reconocimiento internacional. Uno de ellos lleva el honroso título de Premio a la Concordia y se concede a aquella persona o personas, o institución cuya labor haya contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz entre los hombres, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o a la defensa de la libertad.

Lamento que en nombre de la concordia que su premio representa, don Felipe no hubiera hecho más extensivo el escalofrío de horror que sintió en el Museo del Holocausto al tener en cuenta los aciagos días en tiempo presente en que al pueblo palestino se le está negando su derecho a la existencia. Si eso no se hace, se me antoja muy complicado transmitir a las generaciones futuras el valor de la vida, la libertad y la dignidad del ser humano, sin importar su raza, género, religión o nacionalidad.

COMENTARIO AL PIE
A lo mejor mañana visita Gaza y dice el mismo discurso y será igual de creíble. Da igual, son palabras que se lleva el viento.
Además los príncipes solo hacen figuración. No se ha vuelto a hablar de aquella ley que se hizo como de tapadillo por la que España se compromete a no acusar a personas ni estados de crímenes contra la humanidad si no hay víctimas españolas. Tuvo el expreso beneplácito del gobierno de Israel.
Por lo que se ve la humanidad es solo la parte de la humanidad que nos conviene cada vez.
Folía

5 comentarios:

Folía dijo...

A lo mejor mañana visita Gaza y dice el mismo discurso y será igual de creíble. Da igual, son palabras que se lleva el viento.
Además los príncipes solo hacen figuración. No se ha vuelto a hablar de aquella ley que se hizo como de tapadillo por la que España se compromete a no acusar a personas ni estados de crímenes contra la humanidad si no hay víctimas españolas. Tuvo el expreso beneplácito del gobierno de Israel.
Por lo que se ve la humanidad es solo la parte de la humanidad que nos conviene cada vez.

Anónimo dijo...

Si la monarquía es figuración, ¿qué puede ser esta democracia bajo la forma de estado monárquica que Franco quiso?

Anónimo dijo...

VIVA LA REPÚBLICA
PERO QUE VENGA VIVA
Y NO DE LA NOCHE A LA MAÑANA.

Anónimo dijo...
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DdA dijo...

Los ínsultos no se admiten en DdA. Máxime cuando quien lo hace se cree en posesión de la verdad, porque entonces también insulta a la verdad.

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