viernes, 8 de abril de 2011

LOS EURODIPUTADOS BUSSINES Y LA JUVENTUD SIN FUTURO


Félix Población

Debo admitir que esperaba una mayor concentración de jóvenes ayer en las calles de Madrid, respaldando el manifiesto de una juventud sin futuro en el que se pretendía exponer a voz en grito la agresión que contra ese amplio y decisivo sector social, clave en el porvenir de las naciones, está imponiendo la vigente crisis del sistema capitalista.

Tres medidas inciden especialmente en España, según ese manifiesto, para que nuestros jóvenes sufran especialmente la actual crisis económica. La primera es la reforma laboral, que aumenta la temporalidad de los contratos y la flexibilidad en el empleo -dejando al margen la negociación colectiva-, con lo que todo ello comporta de precarización del puesto de trabajo. La segunda es la reforma del sistema de pensiones, que retrasa la edad del pensionista y reduce la cuantía a percibir. Finalmente, en tercer lugar, la mercantilización de la educación pública, que en lugar de favorecer la formación y el conocimiento, apuesta por una universidad de élite para una minoría, dejando a la mayoría como fábrica de precarios. Ahí está como ejemplo ese bachillerato de la excelencia que preconiza el gobierno popular de la Comunidad de Madrid.

Lamento mucho que la manifestación de Madrid no haya sido más numerosa, porque en verdad hay razones sobradas para que el acto fuera multitudinario y sus protagonistas se pudieran sentir así más respaldados para recuperar su capacidad de ser actores de un motor del cambio, combatiendo un país de precariedad, desempleo y privatización educativa que deja a la juventud arrumbada en el más alto porcentaje de desempleo de Europa (43 por ciento), algo más del doble de la media europea.

Al lado de tan nefasta situación y negro futuro para nuestras jóvenes generaciones, leímos ayer que la mayoría de nuestros eurodiputados no quieren apearse de viajar en asiento de lujo en los aviones y que la llamada Eurocámara dedica cerca de un 21 por ciento de su presupuesto a cubrir los gatos de sus señorías. Estos muy señores y señoras nuestros cobran como sueldo base casi 8.000 euros brutos al mes y unos 300 por dietas diarias cada vez que acuden a Bruselas. Añádase a eso que para gastos de oficina la Eurocámara pone a disposición de sus trabajadores algo más de 4.000 euros mensuales, a los que hay que sumar los 20.000 que cada eurodiputado ha de distribuir entre su personal de despacho.

Con relación a los viajes en avión, que es lo que ha dado pie para que nos enteremos del confortable futuro que aguarda a un joven que tenga el privilegio de dedicarse a la política y llegue a la Eurocámara después de hacer la pelota a sus jefes de partido, los diputados españoles en Bruselas perciben en torno a 1.900 euros por cada vuelo de ida y vuelta, por lo que podrían embolsarse en torno a 1.500 por viaje si se acogen a las ofertas de vuelo más baratas que se dan en las compañías aéreas.

¿A quiénes dicen que representa esa gente en Bruselas? ¿Puede uno cualquiera de nuestros jóvenes desempleados o explotados con un contrato basura sentirse representado por esas señoras y señores bussines que no se sienten afectados para nada por la crisis en cuanto a sus varios y generosos emolumentos y retribuciones?

3 comentarios:

Gatopardo dijo...

Sobre la manifestación de los jóvenes en Madrid, recomiendo el reportaje de Javier Bauluz en Periodismo Humano con fotos de la manifestación:

http://periodismohumano.com/sociedad/juventud-sin-miedo.html

No parecen tan pocos.

Anónimo dijo...

Pocos me parecen para el grado de hartazgo que deberían tener.

Jacint dijo...

La eurodiputada socialista (PSC) Maria Badia admitió ayer en Catalunya Ràdio, que ella, que era una de las que habían propuesto viajar en clase turista, votó que NO porque "votamos tantas cosas en cada sesión que no nos enteramos de lo que votamos, y obedecemos las instrucciones de voto que el especialista de turno de nuestro grupo nos indica". Estas declaraciones soliviantaron a la audiencia. Y yo me quedé pasmado. Convendría reducir en un 90% el número de eurodiputados por país, ¿no crees?

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