Lazarillo
Dolores de Cospedal dijo en el programa Los desayunos de TVE que los servicios informativos de esa casa no son imparciales. Ante tal afirmación, Ana Pastor, directora del espacio, tuvo la dignidad de no callarse, pues como trabajadora de ese medio se sintió aludida y afectada por el aserto de la secretaria general del Partido Popular, que en ningún caso argumentó las razones en que basaba su opinión.
Cospedal se limitó a repetir varias veces que los informativos de TVE carecían de una imparcialidad meridiana, a imitación de su jefe Rajoy cuando reitera hasta la saciedad que hay que cambiar la política económica del Gobierno, sin explicar en qué consistirá la suya. Fue inútil que Ana Pastor insistiera acerca del modelo de informativos que doña Lola propondría para acabar con esa supuesta falta de objetividad vigente.
En un momento dado del debate, Cospedal calificó de postura personal la de Ana Pastor defendiendo la profesionalidad de sus compañeros en ese sentido, así como la libertad de información que prima ahora en TVE en comparación con tiempos pasados -bajo gobiernos del PSOE o del PP-, mientras que ella, doña Lola, dijo hablar en representación de su partido.
Es de recordar a este respecto que desde hace casi cinco años, y bajo la gobernación de PSOE, la dirección de RTVE es elegida por la Cortes Generales y no por el Gobierno, con objeto de poner fin al sesgo manifiestamente partidista que marcó la línea informativa de esa casa hasta entonces. El máximo colofón de esa trayectoria lo marcó el Partido Popular durante los últimos días de su gestión gubernamental en 2004 cuando el director de informativos de TVE, cuyo nombre más vale olvidar, ofreció un programa -horas después de la masacre del 11-M- en el que compendiaba el historial de sangre de ETA para abundar en la falsa e interesada teoría del gobierno de Aznar sobre la autoría de los atentados de esa fecha.
Al lado de lo que esa época supuso, así como otras bajo responsabilidad gubernamental del PSOE, nunca fue políticamente tan imparcial TVE como ahora. Otra cosa es que la mayoría de sus informativos, especialmente los telediarios, precisen una remodelación. Los de ahora, después de muchos años con las mismas caras y formatos, me parecen aburridos, monocordes y faltos de amenidad y ritmo. En eso sí que deberían poner los directivos de esa casa algo más de oficio y creatividad.
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