domingo, 10 de abril de 2011
FERNANDO SUAZO, DESDE GUATEMALA: HÉROES
Fernando Suazo*
Conmovedora la noticia vendida por la agencia Efe: Se les conoce ya como los “héroes de Fukushima”. Se trata de 180 hombres que en turnos de 50 entran en la central de Fukushima y se juegan la vida para salvar la de los demás, pese a los altos niveles de radiación… La mayoría son jubilados o con edades próximas a la jubilación. Estos trabajadores están más próximos a una edad de morir, por lo que su exposición a la radiación dificultaría la aparición de cánceres, que tardan décadas en desarrollarse (Prensa Libre, 18/03/11, pg. 43).
Qué maravilla, pensé. Por primera vez me encuentro que quienes andamos en edades prohibidas para las oficinas de empleo ¡somos funcionales al sistema! ¿Se dan cuenta? ¡Es maravilloso! ¿Qué otras catástrofes habremos de esperar para que los migrantes, los indígenas, las mujeres, los ancianos, los enfermos, los pobres, las mayorías hambrientas del planeta; y también los palestinos, y todos los pueblos de África, Asia y Latinoamérica que duermen su hambre y lloran sus muertos sobre riquezas que los avaros del norte les arrebatan bajo sus pies, fueran declarados, sorpresivamente, héroes, al ser reconocidos como imprescindibles para la vida colectiva de los humanos y del planeta? (Mi confidencia es que, secretamente, albergo esperanzas de que ese día tiene que llegar, aunque yo no lo vea).
¿Cuántos hermanos y hermanas japoneses andarán en estas reflexiones mientras luchan, con estoicismo japonés, porque la desesperación no envenene sus vidas, mientras sus héroes viejitos se juegan la vida por contener el veneno radiactivo, tratando de enfriar los reactores nucleares?
Pero ese día está lejos, ahora es el tiempo de la avaricia y la exclusión. Como acaba de escribir valientemente Miguel D’Escoto, presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas, en nuestro pequeño planeta los recursos naturales son inevitablemente limitados y una minoría codiciosa y egoísta pretende, mediante sus guerras de agresión y ocupación, acapararlo todo para su exclusivo beneficio y usarlo en forma irresponsable que perjudica a los más vulnerables y a la Madre Tierra. Estas guerras de agresión y ocupación son lideradas por Estados Unidos, los países europeos y otros del llamado primer mundo, contra el resto de los habitantes de la Tierra, a los que se les confiere un status de seres inferiores y sin derecho a la paz y a una vida digna… Y añade: Si tomamos en cuenta que este primer mundo, a pesar de confesarse creyente, es racista, siembra odio contra los musulmanes y continuamente inventa pretextos para invadirlos, imputándoles muchas veces delitos que no han cometido, no podemos negar que es el mundo, supuestamente cristiano, el principal responsable de este malvado y vergonzoso panorama donde el doble rasero y la hipocresía son las normas comunes para juzgar a los demás.
Hipocresía la de las potencias del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se apresuran a intervenir en la petrolífera Libia mientras miran a otro lado cuando el artificial estado sionista llamado Israel -tercera potencia nuclear del planeta y perro de presa del imperialismo occidental para controlar los petróleos árabes-, reprime, invade, expulsa y masacra al pueblo palestino desde los años 40 del pasado siglo. ¿Es el pueblo libio o es el petróleo lo que excita la solidaridad de los señorones del Consejo de Seguridad? ¿Nada que decir en ese Consejo, por ejemplo, acerca de los aviones “drones” gringos que disparan sobre civiles, incluidos niños, en Afganistán?
Obama durante su visita a El Salvador rindió homenaje a monseñor Romero -asesinado por los esbirros de USA en la república hermana-, porque es un héroe para mucha gente en las Américas. Vean qué mascaradas se ve forzado a dramatizar el emperador para recuperar lealtades en esta América nuestra que se vuelve respondona.
Héroes. También nuestra clase oligarca anda poniendo vallas publicitarias donde declara héroes a niños morenos, humildes campesinos –ya se sabe, estamos en año electoral-, mientras manda a miles de efectivos armados a desalojar y reprimir familias de campesinos kekchíes que sólo quieren tierra para sembrar maíz, y protestan porque finqueros invaden sus territorios para sembrar caña y palma africana para etanol. A estos no los llama héroes la oligarquía ni su gobierno, sino que les quema sus casas y arrasa sus cosechas. Pero Antonio Bed Ac, ¡otro más!, con su cráneo partido por un disparo, brilla sobre la santa tierra.
*Ex dominico español, residente en Guatemala. (léase Diario del Aire).
3 comentarios:
Qué cosas tan curiosas tiene esto de internet. Te encuentras de pronto la foto de alguien al que no ves desde hace casi cuarenta años. Si me lees, Fernando, un excompañero de fatigas te envía un abrazo fuerte. Aquellos lejanos tiempos de la calle Hornija, las clandestinas comisiones obreras de la construcción (las que nos hacían concebir otras esperanzas), las de las plataformas anticapitalistas...los dos Carlos, Carmelo, Julio Berrocal, etc.
Salud, felicidad y paz con Saturno que nos va devorando lentamente.
Quise decir los dos Gonzalo (el Blanco y el Negro), Carlos, etc.
Llega un momento en que s epierde uno en eso, en los tiempos perdidos. Y sin embargo, qué excelentes recuerdos tengo de todos vosotros.
Un abrazo, hermano.
DdA espera contar con más artículos de Fernando, a quien en DdA admiramos por su vocación solidaria al servicios de los que más lo necesitan.
Publicar un comentario