jueves, 31 de marzo de 2011
GALEANO, CHÁVEZ Y EL SILENCIADO PREMIO WALSH
Félix Población
Hace algo más de dos años, cuando el escritor y periodista Eduardo Galeano recibió el Premio Rodolfo Walsch de Periodismo, dijo que el oficio de escribir hay que llevarlo como compromiso y como desafío para los olvidados del mundo. De aquella noticia apenas dieron información los medios de comunicación españoles, como suele ocurrir cada vez que Galeano es protagonista de este tipo de reconocimientos, ya sea en La Plata o en Estocolmo. Será por la autenticidad de sus palabras.
Me parece oportuno traer a colación la referencia que del discurso del escritor uruguayo se hizo entonces, con motivo de la concesión del citado premio por parte de de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP): "La producción de libros ha estado en lo alto del altar. En cambio, al oficio periodístico le tocó ser habitante de los bajos fondos de la literatura. Pero muchas veces brilla con más fulgor”. “Nadie debe sentirse besado por las hadas en su cuna por el hecho de escribir literatura y no periodismo. El periodismo escrito es literatura. Rodolfo lo enseñó porque lo practicó, con cuidado y responsabilidad”. “Rodolfo enseñaba con el ejemplo. Sentaba el culo en la silla y hasta que no terminaba el trabajo no se paraba. Sólo para mear o para comer algo frutal. No era de bajar línea”. El segundo factor que Galeano destacó de Walsh fue “el respeto por la palabra”. Consideró que el oficio de escribir había que llevarlo “como compromiso y como desafío, escribiendo para los olvidados del mundo. Y él sentía que tenía que escribir mejor que nadie. Porque en cada página se iba a jugar entero para probar que esa aventura iba a valer la pena”. “Rodolfo tenía voluntad de belleza y voluntad de justicia, que son hermanas siamesas que nacieron para vivir pegaditas, espalda con espalda, y que muy mal hacen aquellos que cometen el crimen de separarlas”, enfatizó. Y añadió: “El oficio de escribir es doblemente hermoso. Hermoso como exigencia. Cuando tiene que denunciar. Cuando dice palabras que nacen por una impostergable necesidad de decir. Palabras que quieren ser mejores que el silencio. Por eso, qué alegría recibir este premio que lleva el nombre de mi maestro: averiguador de la vida y perseguidor de la esperanza… Como quien dice, perseguidor de la lluvia en estos tiempos de sequía universal”.
Para quienes no conozcan la personalidad del periodista argentino, conviene recordar algunos datos acerca del final de sus días, compartido con su hija en la lucha de ambos contra la dictadura militar: El 26 de marzo de 1976, su hija María Victoria le gritó a los esbirros que la acorralaban en su casa de la calle Corro: “Ustedes no me matan, yo elijo morir”. ¡Carajo! Ella y otro combatiente, Alberto Molina, se suicidaron enfrente del enemigo para no concederles el gusto de asesinarlos. Rodolfo lo cuenta en una estremecedora Carta a mis amigos. "De pronto -dice el soldado- hubo un silencio. La muchacha dejó la metralleta, se asomó de pie sobre el parapeto y abrió los brazos. Dejamos de tirar sin que nadie lo ordenara y pudimos verla bien. Era flaquita, tenía el pelo corto y estaba en camisón. Empezó a hablarnos en voz alta pero muy tranquila. No recuerdo todo lo que dijo. Pero recuerdo la última frase, en realidad no me deja dormir. -Ustedes no nos matan -dijo-, nosotros elegimos morir. Entonces ella y el hombre se llevaron una pistola a la sien y se mataron enfrente de todos nosotros." "El día de la muerte de Rodolfo Walsh, el 25 de marzo de 1977, después de publicar su Carta a la Junta Militar, entre las calles San Juan y Entre Ríos, del gran Buenos Aires, este gigante de la historia, con una pistola 22, más bien un juguete, decide enfrentar a un pelotón de esbirros comandados por Alfredo Astiz, Ernesto Frimon Weber y Juan Carlos Rolón, con otros 6 hienas más, armados hasta los dientes. ¡Y dicen que vació la pistola! Uno de los asesinos declaró tiempo después: “El hijo de puta se parapetó detrás de un árbol y se defendía con una 22. Lo cagamos a tiros y no se caía el hijo de puta”.
Cuentan que su cadáver fue exhibido brevemente ante sus asesinos, en aquel centro de tortura y muerte que fue la Escuela de Mecánica de la Armada, pero su cuerpo nunca apareció. Los esbirros fueron llevados a juicio en 2007 y continúan privados de libertad. El pasado día 29 le fue concedido el Premio Rodolfo Walsh al presidente de Venezuela Hugo Chávez. Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo de la UNLP, expuso en un artículo suscrito en una publicación argentina que tal premio es una distinción que desde 1997 se otorga a aquellas personas que por su trayectoria en el ámbito nacional y latinoamericano contribuyen no sólo a la construcción de la comunicación popular sino, también, a la justicia y a la equidad social, a la paz y unidad de los pueblos y a la democracia. Entre los profesionales del periodismo que recibieron ese premio hasta ahora están Miguel Bonasso, Horacio Verbitsky, Jorge Lanata, Joaquín Morales Solá, Juan Gelman (Premio Cervantes en España), María Seoane, Ignacio Ramonet, Tomás Eloy Martínez, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Bayer, Eduardo Galeano y Gabriel Mariotto.
La concesión este año del premio a Hugo Chávez entra dentro de una nueva categoría dirigida a distinguir a los presidentes latinoamericanos que más hayan profundizado con su gestión en la comunicación popular. En ese sentido, según escribe Saintout, el premio a Chávez "no es sólo un reconocimiento a su trayectoria y a su lucha por la identidad de los pueblos de América, sino a todo el pueblo venezolano. Es el reconocimiento a la lucha de un pueblo que desde hace años trabaja por la construcción de la unificación latinoamericana, usando como herramientas los instrumentos de integración plasmados en la Unasur y el Mercosur."
De todo esto, como de las palabras auténticas de Eduardo Galeano -ausente de todos nuestros periódicos todo los presente que está el potentado Vargas y tantos de los suyos-, no tuvimos noticia en España -ni siquiera como motivo para el debate- a través de nuestros reconocidos y unidireccionales medios de conformación de masas.
ENTREVISTA CON EDUARDO GALEANO EN TELESUR
El lenguaje que dice la verdad es sentipensante. No escribe de encargo. Un gran tamborilero cubano le dijo una noche: Yo toco cuando me pica la mano. (+TeleSur entrevista a Galeano)
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