lunes, 21 de febrero de 2011

EL 23-F Y EL MIEDO DEL PUEBLO SOBERANO


Félix Población

Los periódicos han sido muy generosos y hasta excesivos en sus ediciones de ayer domingo al hacer memoria del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, del que pasado mañana se cumplirán treinta años.

Especialmente significativo me pareció el artículo que con ese motivo firmó el que fuera director del diario El País, Juan Luis Cebrián, que unas horas después de que Tejero asaltara el Congreso decidió poner en la calle una edición especial del periódico en apoyo de la Constitución. Revelaba Cebrián que ese valiente compromiso de su diario en contra de la intentona golpista no contó con el apoyo de Pedro J. Ramírez, director entonces de Diario 16, que renunció a hacer lo mismo excusándose en la falta de medios técnicos, cuando lo que le faltó fue otra cosa, según el primer director de El País.

También varios canales de televisión ofrecieron emisiones específicas dedicadas a recordar y analizar los hechos ocurridos durante las algo más de diecisiete horas que los ciudadanos de este país permanecimos suspensos hasta comprobar cómo se iba a resolver aquel riesgo mayúsculo de involución histórica. La Sexta, en concreto, entrevistó a una larga lista de personas más o menos conocidas y vinculadas con el periodismo, la política y la cultura, en la que cada una exponía dónde se encontraba y qué hacía en aquella fecha, algo que todo el mundo recuerda.

Me pareció bastante ilustrativa la vivencia narrada por Gran Wyoming, con quien por aquellos años compartí algunas copas en los bares de Malasaña. Decía José Miguel Monzón que se enteró del Tejerazo en uno de esos locales y que, por más que quiso llamar la atención al propietario y a un cliente que jugaba en una horrísona maquinita sacaperras que con su estruendo impedía la escucha de la noticia, ni uno ni otro mostraron la más mínima intención por prestar interés a la misma, a pesar de lo que estaba en juego.

Llevamos semanas celebrando la valentía de los pueblos que en la orilla sur del Mediterráneo se han manifestado pacíficamente en las calles hasta hacer caer, por ahora, a dos de los dictadores que llevaban decenios en el poder, algo que aquí no fuimos capaces de lograr. Hoy dice un afamado columnista y analista de la actualidad que la victoria del 23 F tiene muchos padres, pero los verdaderos héroes de aquellos días fueron los ciudadanos españoles que reaccionaron al unísono contra la decimonónica asonada.

Conviene recordar que esa reacción sólo se dio días después en una masiva manifestación y cuando todo ya había pasado, porque antes y durante las largas horas que este país estuvo pendiente del esperpéntico episodio nacional que se estaba dando en el Congreso, estuvimos tan acojonados casi como el aguerrido gudari de una formación abertzale que se fue en barca a Francia a toda vela, según contaba también Cebrían en su artículo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hubo miedo el 20-N y hubo miedo el 23-F, esta democracia se instauró sobre el miedo.

Anónimo dijo...

El hijo de Tejero, hoy teniente coronel como su padre, es muy respetado en la GC.

Anónimo dijo...

Letamendía, se llamaba Letamendía el gudari ese.

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