viernes, 29 de octubre de 2010

EL JERSEY DE MARCELINO CAMACHO


Félix Población

Una de las últimas entrevistas a Marcelino Camacho, si no la última, apareció en el diario Público hace algo más de un año. Pere Rusiñol contaba que el anciano sindicalista y su compañera, Josefina Semper, seguían viviendo en un modesto piso sin ascensor de 60 metros cuadrados, que habían comprado 58 años atrás, y que sumadas sus dos pensiones juntaban 1.500 euros al mes.

Durante la interviú, el periodista anotó dos detalles que denotan la reafirmación ideológica de Camacho a lo largo de su vida sindical y política. Marcelino mostró a Rusiñol el viejo carné de diputado comunista por Madrid, fechado en 1977, y eludió hacer lo propio con el de militante número 1 de Comisiones Obreras por temor a estropearlo: Mientras viva continuaré con esta militancia, dijo.

Esa militancia tuvo un distintivo durante la Transición que todos recordamos: los sobrios jerseys de lana de cuello vuelto que Josefina empezó a tejer para arropar a su compañero durante los años de cárcel que hubo de soportar bajo la dictadura. Esa prenda vistió de humanidad y sencillez el talante de un sindicalista que respiraba esas virtudes en la cordialidad y nobleza de su trato.

En el prólogo a las Memorias de Marcelino Camacho, Manuel Vázquez Montalbán dice de su protagonista que luchó como peón de la Historia en la Guerra Civil, y que, a partir de la derrota personal y de clase, se movió como un héroe griego positivo, en la lucha contra el destino programado por los vencedores, personal y coralmente…Toda su vida será un trabajador que considera que el mundo no está bien hecho. Es decir, que no está hecho a la medida de los débiles.

Hace unos meses fue noticia que uno de los jerseys de Marcelino Camacho había entrado a formar parte de los fondos que integran el Museo de Adolfo Suárez y la Transición en Cebreros (Ávila). Deberían tenerlo en cuenta aquellos líderes sindicales que lucen prendas Burberry cuando convocan huelgas generales ante las reformas laborales regresivas del Gobierno.

En Cebreros está la memoria de lana que tejió Josefina para arropar de dignidad y compromiso la talla humana y militante de su compañero. Es de desear que su significado no se convierta nunca en un objeto de museo del sindicalismo en España. Sobre todo porque se ciernen tiempos en que habrá que dar esa talla en la calle y a cuerpo.

5 comentarios:

Folía dijo...

Muy bueno.

Luis dijo...

Execelente, Félix.

Anónimo dijo...

Dos momentos en estos dias para la memoria. Primero, Sartorius que dice"No sé como no se ha parado el mundo" a la muerte de este ser excepcional. Segundo, el principe santiguandose en la capilla ardiente de un heroe humilde, que por coherencia ideologica era antimonarquico.

Anónimo dijo...

he llorado por su muerte, pero tambien por la vida que ha regalado para que los demas tengan las facilidades que el y su generacion no tuvieron.

Im-Pulso dijo...

Excelente artículo. Gracias.

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