miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL SHOW DE GADAFI EN ROMA Y EL TEMPLO DE SALOMÓN


Félix Población

Cuenta Sandra Buxaderas en Público que el presidente libio Muammar Gadafi montó el pasado domingo en Roma un show muy en su estilo al que acudieron, previo contrato en una agencia de azafatas, medio centenar de jóvenes italianas a las que se les retribuyó su escucha con 80 euros. El coronel fue muy franco a la hora de plantearles a las concurrentes la razón de su mitin: El Islam -sentenció el avejentado y excéntrico coronel- debería ser la religión de toda Europa. Convertíos a la religión verdadera. En Libia se respeta a la mujer más que en Occidente.

No debió de tener mucho éxito con su soflama el presidente Gadafi, pues contaron bajo el anonimato las tres únicas jóvenes supuestamente convertidas a la religión de Mahoma -una de ellas española- que lo hicieron previo ingreso en sus cuentas bancarias de 4.500 euros más, innecesarios para sufragarse el viaje y estancia en Libia con gastos pagados que les ha reportado también su nueva adscripción religiosa.

En Jerusalén, cuenta Eugenio García Gascón en el mismo periódico, Israel impide a los palestinos realizar tareas de mantenimiento y conservación en los munumentos históricos musulmanes de la ciudad antigua, cuyo deterioro es por ello creciente y ostensible. Si se tiene en cuenta que el 70 por ciento de los monumentos históricos es musulmán, algo debería hacer la UNESCO al respecto. Si no lo hace, es porque no puede, y no puede porque Israel no le da permiso.

Mientras, año tras año desde hace unos cuantos, Israel no deja de hacer túneles y túneles que van perforando el subsuelo de barrio musulmán, sin que se sepa a ciencia cierta su longitud ni la cuantía del esfuerzo. El propósito no es otro, según versión de algunos arqueólogos, que la búsqueda del templo de Salomón, primer templo judío. Para ello se basa el Estado de Israel en la Biblia, si bien no faltan historiadores que cuestionan el bíblico aserto.

De Gadafi sabemos que firmó con Berlusconi un protocolo para acabar con la inmigración clandestina, que en realidad es un convenio de repatriación, sin que se repare en la posibilidad de que los inmigrantes puedan acogerse al asilo político. Por ello ese convenio y el maltrato dado a los inmigrantes subsaharianos deportados han sido denunciado por varias organizaciones de Derechos Humanos.

Sobra decir cómo trata el Estado teocrático de Israel a la población palestina. La imposibilidad de que la UNESCO repare el patrimonio histórico musulmán es equivalente a la imposibilidad de que la ONU y sus acuerdos internacionaes sean respetados y acatados por los gobiernos de aquel país.

Gadafi reparte dinero para acrecentar la feligresía del Islam. Los judíos socavan los cimientos de la vieja Jerusalén musulmana para hallar el fundamento arqueólogico de su fe. Es muy probable que ni Gadafi ni los judíos alcancen su objetivo. El uno mueve dinero y los otros mueven tierra para poseerla a costa de quienes la habitan. Lo que no mueve a ninguno son los Derechos Humanos. ¿En qué fe pretenden asentar sus religiones?

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