miércoles, 4 de agosto de 2010

ALMUDENA GRANDES NOVELA 25 AÑOS DE FRANQUISMO


Félix Población

Como siempre que está a punto de aparecer una nueva novela que tiene por escenario la Guerra Civil o la dictadura franquista, me apresto a las mejores expectativas, a pesar de que una y otra vez se suelen ver defraudadas.

Me interesa mucho ese periodo histórico y me parece que son muy contados los casos, a lo largo de los últimos treinta o cuarenta años, en los que algún autor ha tratado con acierto narrativo esas dos etapas. Mi última decepción -inesperada por cuanto se trata de un escritor al que valoro- fue La noche de los tiempos, de Antonio Muñoz Molina, un libro con muy poca enjundia recreadora del Madrid de la contienda, personajes en exceso estereotipados, un conflicto amoroso de folletín blando y ralo y un exceso de paja discursiva que obliga a saltarse páginas enteras.

Ahora nos anuncia Almudena Grandes una especie de homenaje personal a Pérez Galdós -a quien la escritora admira- con la primera entrega de sus Episodios de una guerra interminable, título que quizá por pecar en exceso de la influencia y los propósitos que guiaron la extensa obra como novelista de la historia de don Benito, no me parece el más idóneo para identificar con claridad la serie. Se trata de seis novelas independientes, vinculadas por la época en que discurren, que va de la inmediata posguerra (1939) al año en que el franquismo celebró sus “25 años de paz” (1964).

Lo primero que ha destacado la escritora es que entre su obra (en las librerías a primeros de septiembre) y los episodios nacionales galdosianos media un tratamiento temático muy distinto. Mientras el novelista canario cuenta grandes batallas, las que Grandes narra son pequeñas, porque durante el franquismo la única gran batalla fue resistir. Inés y la alegría será el primer título de los episodios que ha novelado Almudena Grandes y en los que, como en las novelas históricas de don Benito se dará lo que la autora llama una interactividad entra la historia con minúscula -lo que Unamuno llamaba intrahistoria- y la historia con mayúscula. Las seis entregas contarán con un epílogo, en el que los personajes confluirán en la Transición para situarlos en la coyuntura fundacional de nuestro actual presente histórico.

Grandes tiene ya escrita la segunda de las novelas y avanza en la tercera, con el propósito de continuar en tan arduo como dilatado empeño seis o siete años más. Eso da idea de la envergadura del proyecto, consciente la autora de que la historia contemporánea de España es un filón extraordinario al que no se puede renunciar, tal como hasta ahora ha ocurrido. Se trata, en efecto, de una épica de primer orden que debe ser rescatada del olvido y que quizá con la firma de Almudena Grandes pueda lograr el grado de difusión y conocimiento que merece.

Me gustaría celebrar con la primera de las entregas que la autora de Las edades de Lulú -la novela con la que Grandes ingresó con éxito en la literatura española- la consecución del ambicioso propósito literario en el que se ha embarcado, porque como dice la propia escritora los vencedores escriben la Historia, pero lo que no se tiene en cuenta es que ellos son además los únicos que pueden olvidar la Historia.

+En el franquismo sólo hubo una gran batalla: resistir. (Almudena Grandes).

5 comentarios:

LEDES dijo...

Al parecer Grandes quiso hacer el guión de una película, en principio, y luego se dio cuenta de que esa película podía ser algo demasiado grande y caro. Como novelista puede aportar alguno de sus episodios el guión para esa gran película que falta en el cine español sobre la posguerra.

Juan Carlos López dijo...

Desde mi punto de vista, Muñoz Molina, mientras no demuestre lo contrario, está agotado. Hago caso omiso de lo que acaba de decir acerca de la "moda" de la Memoria.

Quizá un proyecto tan ambicioso como el de Almudena Grandes sea positivo. Otra cosa será la calidad de los distintos episodios.

De todas formas, me gustaría romper una lanza, pensando en la dictadura como motivo, por algunas novelas del medio siglo, pues el camino que abrieron no está cerrado: Tiempo de silencio, Últimas tardes con Teresa..., por ejemplo.

Si nos acercamos a la democracia, aparte de lo obvio, lo digo sin menosprecio, yo qué sé, Los girasoles ciegos, por ejemplo, abogo por la lectura de Los libros arden mal, de Manuel Rivas, que me parece excelente.

FP dijo...

Estamos casi totalmente de acuerdo, Juan Carlos, salvo en Los girasoles ciegos que a mí no me gustó. Y a Rivas le tengo aprecio, sobre todo, por el Lápiz y la Lengua de las mariposas, antes y depués de la peli.

Anónimo dijo...

Yo creo que Grandes debería limitarse a algo menos ambicioso: una buena novela sobre la posguerra o el franquismo y punto. Galdós era de otro siglo.

Babi dijo...

Yo creo que bastaría con una trilogía que abarcase la inmediata posguerra, los años sesenta y el tardofranquismo. Auguro que se recibirán muy bien los dos primeros libros y el público lector decaerá con los siguientes.

Publicar un comentario