jueves, 5 de agosto de 2010

ZAPATERO NO SE CONFESÓ NI A MEDIAS


Lazarillo

Se lo escuché ayer a Ramón Tamames y recuerdo haber leído con interés profesional el libro Mi medio siglo se confiesa a medias, escrito por el periodista César González Ruano cuando cumplió cincuenta años y quiso hacer temprana memoria de su existencia, quizá porque no la previera ya mucho más larga. El reputado ex catedrático de Economía recordó el título a propósito del medio siglo de nuestro Presidente del Gobierno, recientemente celebrado en León en compañía de sus familiares más íntimos, pues ZP no se aviene a fiestas extraordinarias ni invitados de postín, fiel a su máxima de no heredar ni los amigos ni los enemigos del felipismo.

En el aventurado caso de que Zapatero hiciera confesiones, muchos españoles que votamos a su partido por dos veces, confiados en que la aceptable gobernación de la primera legislatura se vería refrendada por un avance más progresista en la segunda, tendríamos la obligación de reclamar una confesión entera y verdadera acerca de algo que sigue siendo materia pendiente en quien llegó a La Moncloa gracias, sobre todo, a las mentiras del Partido Popular en torno a la gran tragedia del 11-M.

Desde que el ministro Solbes dejó su cargo como vicepresidente económico por no aplicar probablemente el Gobierno las medidas que luego tomaría de modo tan drástico como riguroso en perjuicio de funcionarios y pensionistas, era de suponer que la crisis económica iba a repercutir en amplios sectores de nuestra sociedad. Por esas fechas, Zapatero se negaba a confesar y valorar la grave entidad de las circunstancias, como si posponiendo su inmediatez pudiera alejarla de la perspectiva real en la que estaba nuestro país, peor incluso que la de otros de nuestro entorno.

Nunca entenderé por qué ZP no fue claro en esas fechas a la vista de lo que se nos avecinaba, pues me niego a admitir que sus asesores económicos le hayan privado del correspondiente y acertado diagnóstico. Está en el débito y descrédito del Presidente del Gobierno, con relación a sus votantes y a la ciudadanía en general, que a la hora de advertirnos de las vacas flacas no sólo no nos haya confesado ZP ni la mitad de lo que se nos venía encima, sino que pretendiera encubrirlo con un optimismo totalmente irresponsable y fuera de contexto.

Eso y la subsiguiente aplicación meses después de las impopulares medidas aprobadas por el gobierno y que hoy padece buena parte de la población, ha sido decisivo a mi juicio para dejar al partido Socialista por detrás del PP en las encuestas, a pesar de que los conservadores hayan sido incapaces de hacer méritos para ganarse esa ventaja a lo largo de la actual legislatura.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La crisis económica ha hecho que Zapatero perdiera la brújula, prefiriendo engalar a exponer la verdad de los hechos. Un partido como el suyo no puede tomar las mismas medidas que habría tomado el PP. Por eso quizá no gane el PP, porque es más de los mismo.

Anónimo dijo...

NI ZP
NI RAJOY
IZQUIERDA
IZQUIERDA
IZQUIERDA

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