martes, 22 de junio de 2010

LA PATRIOTERÍA FUTBOLERA


Félix Población

La escueta y necesaria victoria de la selección española de fútbol en Sudáfrica frente a Honduras, un rival de entidad muy menor, ha sido celebrada hoy por los medios de información de todo signo casi como una gesta. Da bastante vergüenza leer los comentarios periodísticos a propósito del despertar de España después de su anterior e inesperada derrota ante Suiza. Es una consecuencia más del caldo de cultivo patriotero que se ha generado con la actual edición del Mundial futbolístico, para el que se ha dado a la selección española como una de las favoritas.

Bastó que lo quisiera la cadena televisiva que se ha llevado la mayor parte del pastel por las transmisiones, así como Tele 5, a cuya caja irán las rentas por contarnos en exclusiva su dineraria pasión por La Roja, para que en torno al evento mundialista se gestara un entorno social igualmente patriotero e insólito, del que dan constancia las banderas nacionales que cuelgan, ondean o tremolan en balcones, ventanas y terrazas. Nunca antes, por una circunstancia exclusivamente deportiva no dilucidada, había asomado de modo tan generalizado la enseña rojigualda a las calles como muestra de estímulo y apoyo.

Para mí que hay una causa/efecto entre la publicidad mediática aportada de modo intensivo por las cadenas televisivas detentadoras del negocio de las transmisiones mundialistas y esa inédita patriotería ciudadana. La actitud profesional de los periodistas implicados en esos intereses, con un comportamiento que más parece de vendedor de tómbola que de cronista deportivo, ha calado entre buena parte del respetable y ahí lo tenemos, abanderado de una causa que discurre en medio de una coyuntura económica y social sumamente grave para el país.

España acaba de sacrificar parte del estado de bienestar en que nos creíamos. El Gobierno ha rebajado los sueldos de los funcionarios, ha congelado las pensiones y va a aprobar hoy mismo, con una consignación en las portadas mucho menor que la que se dispensa a la victoria de La Roja ante Honduras, una ley de reforma laboral que desarma la protección jurídica del trabajador y abarata la contratación y el despido.

Esto es, que mientras el común de los ciudadanos se ufana por la victoria de nuestros futbolistas y es seguro que celebre -si se diera el caso- la fiesta que comporte jugar y ganar la final del campeonato, los derechos laborales sufrirán una merma tan notable que jamás la hubiéramos imaginado, mucho menos con un gobierno que hace meses defendía esos mismos derechos como intocables.

Cada españolito que asoma a su balcón, ventana o terraza la enseña nacional para que cuelgue, ondee o tremole al viento de la crisis, debería reconsiderar que con lo que se van a llevar 24 conciudadanos jugando con un balón unas semanas (algo así como 14 millones de euros) se pagaría el sueldo de un millar de mileuristas por todo un año de trabajo. Estando como está el país, La Roja será la selección mejor pagada si gana el Mundial. A lo peor hay alguien que también quiere presumir de esto con el mismo patrioterismo con que las televisiones venden su negocio entre el respetable.

1 comentario:

Jacint dijo...

Con otros matices, el futbol-espectáculo sigue siendo un factor de alienación, como en tiempos pretéritos. Qué pena. "Panem et circenses"? Sí, pero la seguridad del "panem" para todos no está tan claro.

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