viernes, 11 de junio de 2010

BERNARD-HENRY LÉVY: AMEMOS A ISRAEL


Lazarillo

Como tantos otros intelectuales a los que su razón ha llevado por el muelle tránsito del confort amondongado, adaptando sus neuronas a los mecanismos de poder que gobiernan el universo mundo, el seudo filósofo judío Bernard-Henry Lévy -dicho sea en atención al gentilicio del que él más se honra últimamente- calificó a quienes apoyaron a los cooperantes de la Flotilla de la Libertad de tontos útiles.

En un artículo publicado el pasado martes en el diario El País (Israel-Gaza: alto a la desinformación), Levy consideraba a la organización humanitaria turca IHH adepta a la yihad y fanática del apocalipsis antiisraelí, cuando todos sabemos que dicha organización, además de estar implantada en más de un centenar de países, figura como miembro consultivo del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. También desmentía el articulista que Gaza esté sufriendo un bloqueo total y despiadado, pues siempre en consonancia con las fuentes oficiales de propaganda del gobierno israelí, Levy estima que el bloqueo sólo atañe a las armas y a los materiales que sirven para usarlas. (¿Qué tal dejar sin dientes a los palestinos para que no acaben mordiendo a sus opresores?).

Pero lo que más me ha llamado la atención del texto publicado es la referencia al supuesto plan estratégico de Hamás, consistente en haber organizado la Flotilla de la Libertad para que Israel cayera en el error de asesinar a ocho o nueve de los cooperantes y así reactivar con más fuerza que nunca la demonización del Estado de Israel.

Se podría colegir, según esto, que cada vez que Isarel mata a destajo, según tiene sobradamente demostrado, ya sean niños, adolescentes, madres o ancianos palestinos, ya sean cooperantes embarcados en una misión de ayuda humanitaria, es porque el poderoso Estado judío, dotado de una máxima cualificación militar y unos servicios de inteligencia más que contrastados, se deja embaucar por Hamás para caer en el error que tanto lo caracteriza y así colaborar a que el odio hacia Isarel se extienda por el mundo.

Dice Levy, además, al término de su artículo, que Israel está ahora en el centro de ese torbellino de odio y locura, pero al mismo tiempo, no lo olvidemos, algunas de las conquistas más preciadas, en la izquierda sobre todo, del movimiento de las ideas de los últimos treinta años se ven así en peligro. A buen entendedor... Pues no lo entiendo. ¿Querrá decir don Bernardo que deberemos dispensar a Israel nuestra más amoroso miramiento y trato en evitación de que las conquistas sociales de la izquierda se vengan abajo?

Es oportuno insertar la carta de réplica a Levy que aparece hoy en el mismo diario, suscrita por Raquel Martí, directora ejecutiva del Comité Español de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA):

"Escribo en respuesta al artículo de Bernard- Henri Lévy publicado en EL PAÍS el 8 de junio. UNRWA es una institución humanitaria y, por tanto, no se pronuncia sobre los detalles del ataque a la flotilla de ayuda a Gaza que se afirman en ese artículo. El Consejo de Seguridad de la ONU ha reclamado, sin embargo, una investigación inmediata, independiente y que cumpla la normativa internacional.
En cuanto a los aspectos humanitarios reseñados en el artículo, quisiera desmentir que el bloqueo impuesto por Israel sobre la franja de Gaza concierna únicamente a las armas, como sostiene Bernard- Henri Lévy. Por el contrario, el bloqueo se aplica a una amplia lista de suministros que incluye el material humanitario.
Con anterioridad al inicio del bloqueo (junio de 2007) la media semanal de camiones con mercancías que entraban en Gaza era de 2.807, mientras que en la actualidad se permite únicamente la entrada de una media semanal de 500. Además, Israel solo autoriza la entrada del 35% del combustible industrial requerido para el funcionamiento de la central eléctrica de Gaza, así como el 53% del gas necesario para cocinar. Por otro lado, solo se ha permitido introducir un volumen reducido de materiales de construcción a pesar de la masiva destrucción causada por el bombardeo israelí de hace ya más de un año. La prohibición de entrada de materiales de construcción afecta igualmente a las Naciones Unidas y a las infraestructuras que destina a la población refugiada de Palestina. En la conferencia de Sharm el Sheij después de la Operación Plomo Fundido, la comunidad internacional comprometió 4.500 millones de dólares para reconstruir la franja. El bloqueo de Israel está impidiendo cumplir con la voluntad expresada por la comunidad internacional.
Como consecuencia del bloqueo y según las estadísticas de la ONU, más del 70% de la población padece inseguridad alimentaria, más del 40% está desempleada y el 80% depende de la ayuda internacional. Tres cuartas partes de los edificios destruidos durante la ofensiva israelí del año pasado continúan en ruinas debido a la prohibición de introducir materiales de construcción.
El bloqueo es ilegal y contraproducente y solo puede fortalecer el extremismo. Si el autor está tan preocupado por el destino de Israel, debería de abordar la cuestión de cómo sirve a los intereses de Israel tener a 1,5 millones de personas bloqueadas, privadas de libertad y frustradas a tan corta distancia".

+Flotilla por la Libertad de Gaza: falseando la verdad. (Amy Goodman).

4 comentarios:

Gatopardo dijo...

Este pseudo intelectual citó, como fuente de autoridad para atacar a Kant, al filósofo Botul, que no sólo no ha existido, sino que era un personaje inventado con fines satíricos:
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/09/cultura/1265720738.html

Cualquier cosa que diga Henri-Lévy tiene el sello de la falacia intelectual, y de la idiocía moral.

Miles de judíos que viven en Israel, y en el resto del mundo, están en contra de la política de exterminio contra el pueblo palestino.

Gracias por informar.

Lazarillo dijo...

Gracias, gato. Estoy seguro de que sabes lo útil que es el agradecimiento cuando se escribe por respirar.

Javier Tomelloso dijo...

Ese muchacho forma parte de la tropa mediática a sueldo generoso de Israel y su aparato de propagando. Está ya muy visto. Sólo es hábil en arreglarse la melena con las manos y entornar la mirada para que las niñas queden fascinadas. Hace tiempo que nada de lo que dice tiene nada de original. Se repite como la cebolla encebollada. Mejor ignorarlo. Es un mercenario tedioso.

Anónimo dijo...

Ese anciano muchacho más bien no es el más indicado para un periódico que algún día tuvo tanto respeto entre sus lectores. Yo lo veo en El Mudno más que en El País.

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