Melibea
Es muy antiguo, renombrado e ilustrativo el meritorio y complejo arte de las vidrieras que presta luz de esencia divina, según el abad Sugger -que figura en una de las más antiguas, conservada en la basílica de Saint-Denis de París- a iglesias y catedrales católicas tan afamadas en esa luminosa policromía como las de Chartres y León. Por eso, y porque los tiempos que corren no son los más idóneos para cierto tipo de iconografía como la que figura en la vidriera que acompaña este comentario, sería de preferir que el templo a la que pertenece, acerca de cuya identidad y lugar no hemos sido informados, recapacite sobre lo inoportuno de la imagen que difunde, ajena posiblemente a la intencionalidad del autor.
1 comentario:
Tampoco es eso, digo yo. Al final habrá que destruir los canecillos del románico y situarnos en los templos a metro y medio de distancia un@s de otr@s para no confirmar lo que malpensadamente se puede interpretar.
¿Si hubiera colocada una rejilla entremedias se salvaría la desafortunada y poco artística vidriera?
No son malas las cosas, sino la mirada intencionada sobre ellas. (cfr. Mateo 15, 11-20)
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