lunes, 10 de mayo de 2010

SOBRE ANSON, ZARZALEJOS Y LAS DESTITUCIONES



Lazarillo

Un mes después del fallecimiento de Guillermo Luca de Tena, presidente de honor del diario ABC y nieto del fundador del periódico, Luis María Anson, que lo fue todo en el periodismo gracias a la casa de los Luca de Tena, se despachó con un largo artículo en contra de don Guillermo, publicado en el periódico El Mundo (Guillermo Luca de Tena, un mes después). Anson dedicó casi toda una página de ese diario a acusar a Guillermo Luca de Tena de pretender acallarle durante doce años e intentar hundir su proyecto de fundar en 1998 el periódico La Razón, que como todos sabemos pretendió ser una copia ABC.

Como nadie al parecer salió ahora desde el viejo diario monárquico en defensa de don Guillermo, Aurora Pavón hace bien en preguntarse hoy en su columna : "¿Dónde están las grandes plumas de “ABC”? ¿Dónde están los paladines sevillanos que en su día se sublevaron contra el ataque de los Ansones a la Real Maestranza? Se oye a un ciego que canta en la calle Del Agua, esquina a la calle de La Pimienta, junto a los jardines del Alcázar de Sevilla: “menos chistes sevillanos, y más cojones castellanos”. ¿Y el smoking? niño Burgos".

También cuenta la Pavón que la furia ansoniana vino provocada porque Soledad, una hija de don Guillermo, habló de deslealtad y traición a su padre por parte de Anson en un reciente homenaje a su progenitor. "Y ¿por esa bofetada de manos blancas y heridas desató su ira, muy mal escrita y desarbolada, el pretendido conde de Puño en Rostro? No se entiende, deben de ser cosas de la edad, de la vejez, qué manera de tirar todo por la borda, de perder la compostura".

Frente a esas puñaladas post mortem impropias de la académica prestancia y supuesto espíritu cristiano que debería lucir don Luis María, es de resaltar la aparición de un libro que abunda también en las interioridades de ABC (pero sin ira y con ánimo mucho más profesional y constructivo), a lo largo de los dos periodos en que su autor fue director del periódico y pretendió situarlo en la línea de una derecha moderada y reformista como la que no manda. José Antonio Zarzalejos, en La destitución, explica cómo puso en marcha ese proyecto (1999-2004) y cómo a su regreso en 2005 se encontró con la derecha airada que siguió a la derrota electoral del PP un año antes, empeñada en la teoría de la conspiración sobre el 11-M, que marcó al Partido Popular durante la pasada legislatura, y que Zarazalejos combatió desde ABC.

Dice José Antonio que la responsabilidad para esa falta de moderación está diluida: "Es de los que en el PP, en los medios y en la Iglesia consintieron que el 11-M fuese un culebrón que deslegitimase instancias fundamentales del Estado (fiscalía, jueces, policías...) y que mezclase al PSOE en sospechas abracadabrantes. Me fié de mis profesionales y no entré en una farsa, por mucho que sirviese como paliativo a una enorme decepción, la derrota del PP en 2004. Me negué y me negaría una y mil veces. Habría sido letal para ABC. Pero los gestores de la empresa [Vocento] me dejaron absolutamente solo. No tuve el apoyo necesario. Ni me ofrecieron asistencia jurídica frente a Federico Jiménez Losantos ni defendieron las tesis democráticas de ABC. Me faltó asistencia de los de dentro. Con una excepción: la redacción, que estuvo unida y convencida de que estaba haciendo lo que tenía que hacer, un relato veraz y riguroso".

El no haberse contaminado con la teoría de la conspiración ha sido a la postre muy provechoso para el periódico, asegura Zarzalejos, si bien no comparto su criterio de que la línea editorial del diario sea hoy en día la asumida bajo su dirección (compárese el Prada de entonces y el de ahora para discernirlo). De todos modos es de resaltar, a la hora de abordar una destitución, las diferencias que median entre la profesionalidad con que aborda la suya Zarzalejos en el libro citado y la inquina que por la suya destila el artículo de Anson contra Guillermo Luca de Tena, a todas luces miserable porque don Guillermo jamás podrá replicarle.

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