jueves, 15 de abril de 2010

LAS PRIMAS DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL EN TIEMPO DE CRISIS


Lazarillo

Acaba de ser desconvocada una huelga de futbolistas por las penurias económicas que soportan algunos clubes de segunda división endeudados hasta las cejas porque a sus cajas no llega el maná de la televisión ni el patrocinio de la propaganda. El país sigue sumido en una crisis económica que no deja de pasar factura a los estamentos más modestos con un incremento creciente del número de desempleados. El Gobierno acaba de presentar una nueva reforma laboral que no convence a los sindicatos porque contempla el abaratamiento del despido.

En tan desfavorables circunstancias para buena parte de la población, me ha parecido muy bien la proposición no de ley de Joan Ridao, portavoz parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y de su compañero Francesc Canet para que la Federación Española de Fútbol suprima las generosas primas económicas de que dispondrán los futbolistas de la selección española que participarán el mes que viene en el Mundial de Sudáfrica.

Estima el diputado Canet que cada jugador podrá percibir por ese concepto la nada módica cantidad de 550.000 euros, equivalentes al monto total de un mileurista a lo largo de toda su vida laboral. Multiplíquese esa prima de casi 100 millones de las extintas pesetas por la de 22 jugadores, añádase una más y doble que percibirá el entrenador, y el balance resultará a todas luces desproporcionado, por no decir escandaloso, teniendo en cuenta que tales haberes se logran con sólo tres semanas de trabajo y los paga la administración de un país donde más de cuatro millones de personas están sin empleo.

Conviene tener en cuenta la proposición del partido independentista catalán, no sólo porque compete al propio Presidente del Gobierno el ámbito del deporte, tal como él mismo asumió -creo que con ocasión del triunfo español en la pasada Copa Davis-, sino porque suelen ser muy marcadas las ínfulas patrioteras en los medios de información cuando se celebran los éxitos deportivos de España. El hecho, por lo tanto, de participar con la roja en una competición internacional debería ser suficiente motivo de acicate para defender ese color sin el concurso de tan exagerados incentivos económicos.

Imagínense el notable y benéfico efecto que tendría sobre sus conciudadanos más desfavorecidos, esos cuatro millones y pico de parados, si los mimados y ensalzados futbolistas de la selección española se permitieran el patriótico detalle de rebajar esas desorbitadas primas en atención a la adversa situación económica que atraviesa el país que van a defender con un balón en los pies.

Como tal proceder es impensable, porque el fútbol es sobre todo un descomunal negocio que adquiere sus máximas cotas de indecencia en estos tiempos de crisis sin que se resienta la conciencia social de sus millonarios partícipes, conviene recordar que Alemania, cuya economía está muy por encima de la nuestra, pagará menos primas a los futbolistas de su selección. Sólo faltaría que además ganase ese Mundial de Sudáfrica para el que los expertos dicen que España es favorita.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La patria es pan. Cuánto se mató por eso. Ahora sólo se roba.

Anónimo dijo...

Sobre todo lo que hacen su patrimonio mientras hacen política.

Anónimo dijo...

Me gustaría que sudar los colores fuera un deporte nacional.

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