viernes, 12 de marzo de 2010
MIGUEL DELIBES NUNCA GANÓ EL PREMIO PLANETA
Félix Población
Creo haber leído casi todo lo que escribió Miguel Delibes. Pocos escritores hubo en la España de su siglo que tuvieran una palabra tan aireada y respirable. Leer a Delibes es como beber el aire matinal de su Castilla, que tanto quiso, y el mejor aliento del castellano, que tanto ganó con su obra. Refresca y tonifica esa prosa. Sabe embebernos.
Publicó su última y magnífica novela, El hereje (1998), cuando la enfermedad empezó a acosarle. Le hizo frente durante más de dos lustros. Era vital Delibes, vital y solitario. Supo amar el rigor y la ventura de su oficio tanto como a los suyos. Otro de sus amores fue la bici. Lo confesó en Mi querida bicicleta (1988). De esa memoria ciclista quedan como mejor recuerdo sus rutas de cien kilómetros a Sedano (Burgos) donde veraneaba Ángeles de Castro, novia entonces y luego esposa del escritor.
La temprana muerte de Ángeles en 1974 afectará mucho a Delibes, ya académico desde el año anterior. Otro año importante en su vida es el del Premio Nadal en 1947 por La sombra del ciprés es alargada, su primera novela. También había tenido por entonces a su primer hijo, Miguel Delibes de Castro, en la línea de su padre en bondad y capacidad expresiva para explicar como reputado biólogo la ciencia de la vida. Con él concluyó el escritor su última obra: La tierra herida: ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos? (2005). En este libro, la inquietud del padre por el porvenir de nuestro planeta halla respuesta en las contestaciones del hijo.
Mando desde aquí a Miguel Delibes de Castro un sincero abrazo de condolencia al tiempo que de felicitación por haber puesto con el maestro ese punto final a sus palabras escritas. Nada mejor que un libro que habla tan a fondo y a lo llano de un planeta maltrecho para dejar constancia de la vida y la obra del escritor que esta madrugada se ha apagado.
Y ya que hablamos del planeta, no está de más decir que entre los muchos méritos del autor de Los santos inocentes no nos debe pasar desapercibido uno en esta hora del adiós a su dignidad personal y literaria: Miguel Delibes no ganó nunca el Premio Planeta (el de mayor dotación económica en lengua española) que, como a otros, le habían ofrecido.
14 comentarios:
ESa foto es de su hijo Miguel Delibes de Castro, biólogo de Doñana.
Muchas gracías a Sebastopol por su diligente corrección. Me ha sido imposible encontrar una foto del escritor en bicicleta
La intregridad de Delibes nunca se prestaría a ese premio basura con el que galardona tanta paja mental. Y va a peor.
FP, si quieres te la presto. ¡Mejor!, te la regalo:
http://docs.google.com/File?id=dcvrdzd6_930dv492dfv_b
Disculpa, Miguel Ángel, pero no encuentro esa referencia.
Si copias esa url ¿no se te descarga una foto?
Pues entonces vete a mi blog (http://mavs-mipequenomundo.blogspot.com/2010/03/partir-de-los-dieciocho-anos-la.html) y copia a Delibes con la bici de la mano. Yo con mac lo hago control+ratón, en otros no sé cómo se hará…
Si así tampoco lo consigues, vuelvo dentro de un rato e intento otra cosa.
Prueba a ver éstas:
http://html.rincondelvago.com/000008000.jpg
http://cvc.cervantes.es/actcult/delibes/biografia_ampliacion_01.htm
Gracias, Miguel Ángel.
Me ha parecido muy bien que se dijera claro lo del premio Planeta, así se verá lo mal que está la literatura en España y que pocos discípulos dejó el maestro....Y qué pesantes son la mayoría de los que dicen haberse honrado con su amistad.
¿Por qué los periódicos dicen que el Nadal fue en 1948 cuando fue en 1947?
Leer a Delibes sería el mejor homenaje en lugar de tanta ceremonia. Él hubiera preferido irse con más discreción.
Qué pocas veces -me pregunto si alguna- hemos escuchado tantas veces decir de un escritor que fue sobre todo una buena persona.
Rotundo, Félix.
Siempre que nos deje mal cuerpo una de esas novelas que se publican ahora o una bazofia de esas que se premian por enchufe, siempre tendremos un libro de Delibes para hacer higiene literaria. Adiós, Maestro. Gracias, Félix.
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