GALEANO: AMÉRICA LATINA ES DIVERSA EN LA ESPERANZA Y EN LA DESESPERACIÓN

Lazarillo

Con serlo la mayoría de las veces, hacía mucho que no leíamos una entrevista con Eduardo Galeano tan interesante como la que Ana Delicado ha enviado desde Buenos Aires al diario Público y que hoy ocupa dos de las primeras páginas de este periódico. Sólo le ha faltado al trabajo, para completar su alto valor periodístico, una fotografía actual y no de archivo del lugar en donde discurrió la charla. Cuenta la periodista, en la entradilla de la interviú, que mientras la realizaba en unos de esos cafés de la capital bonaerese que tanto complacen a Eduardo, un hombre se acercó con su hija para escuchar las declaraciones del periodista y escritor uruguayo. No es para menos cuando el contenido de las respuestas es de este tenor, ya sea para definir América Latina: Somos diversos en la esperanza y en la desesperación, o para glosar así la actual realidad latinoamericana:

"En estos últimos años hay un proceso de renacimiento latinoamericano en el que estas tierras del mundo comienzan a descubrirse a sí mismas en toda su diversidad. El llamado descubrimiento de América fue, en realidad, un encubrimiento de la realidad diversa. Este es el arcoiris terrestre, que ha sido mutilado por unos cuantos siglos de racismo, de machismo y de militarismo. Nos han dejado ciegos de nosotros mismos. Es necesario recuperar la diversidad para celebrar el hecho de que somos más que lo que nos dijeron que somos".

A la pregunta de la periodista de si esa diversidad puede ser un impedimento para la integración, Galeano contesta: "Creo que no. Toda unidad fundada en la unanimidad es una falsa unidad que no tiene destino. La única unidad digna de fe es la unidad que existe en la diversidad y en la contradicción de sus partes. Hay una triste herencia del estalinismo y eso que llamaron socialismo real a lo largo del siglo XX que ha traicionado la esperanza de millones de personas justamente porque impuso ese criterio, el de que la unidad es la unanimidad. Se confundió así la política con la religión. Se aplicaron criterios que eran habituales en los tiempos de la Santa Inquisición, cuando toda divergencia era una herejía digna de castigo. Eso es una negación de la vida. Es una suerte de ceguera que te impide moverte porque el motor de la historia humana es la contradicción".

Puede la diversidad establecer caminos de vida irreconciliables, pregunta a continuación Delicado. "No siempre -responde el escritor-. En cualquier caso, no hay que tenerle miedo a la verdad de la vida. Hay que celebrarla, porque lo mejor que tiene la vida es su diversidad. El sistema que domina el planeta nos propone una opción muy clara. Hay que elegir, a ver si querés morirte de hambre o de aburrimiento. Yo no me quiero morir de ninguna de las dos. El sistema dominante de hoy nos impone una verdad única, una única voz, la dictadura del pensamiento único que niega la diversidad de la vida y que por lo tanto la encoge, la reduce a la casi nada. Lo mejor que el mundo tiene está en la cantidad de mundos que él alberga, y eso vale a su vez para América Latina. Lo mejor de ella es la cantidad de Américas que contiene".