HAIDAR: MARRUECOS CEDERÁ

Félix Población

Ayer se conmemoraba el Día Internacional de los Derechos Humanos y Aminetu Haidar cumplió 25 días en huelga de hambre porque se niega a reconocer que su casa, de la que se apropió Marruecos hace más de treinta años, en contra del Derechos Internacional y las resoluciones de la ONU, ya no es su casa sino del Estado que se la robó.

Como su carácter y determinación están más que probados como activista por la causa de su pueblo, siempre desde posturas estrictamente pacifistas, en el transcurso de estas casi cuatro semanas se han ido levantando voces de reconocido prestigio que abogan porque la vida de Haidar no se extinga. Vamos a ser moralmente más pobres si la dejamos morir, dijo Saramago.

En este sentido es especialmente emotiva y solidaria la carta que firma hoy en el diario El País Antonio Massip, ex alcalde de Oviedo y actual eurodiputado del Partido Socialista: Querida y admirada Aminetu: supe ya antes de tratarte que eras una personalidad excepcional. Me lo decía Karin Scheele, nuestra común amiga, antigua diputada austriaca. Luego he comprobado durante años que tu temple y tu carisma es de los mejores que he conocido, ¡y he saludado a muchos líderes mundiales! Ya resalté ese heroísmo en la sesión parlamentaria del 23 de noviembre. Hace 35 años, con el mismo espíritu que te defienden tus admirables abogadas canarias, o la asturiana Gema Arbesú, hija de mi compañero Marcelino, cuya última voluntad fue que sus cenizas quedaran en tu tierra saharaui, buscábamos entonces, junto a personas inolvidables, solidaridad para tu pueblo, la declaración de nulidad radical de los vergonzosos Acuerdos de Madrid, y recurríamos la ley que, como un contrasentido, pretendía la descolonización. Supimos siempre que el problema mal cerrado seguiría en el espíritu de España como un estigma. Han pasado muchas cosas y algunos seguimos en la misma trinchera a vuestro lado, se diga lo que se diga. Te necesitamos, te has convertido en un símbolo de la lucha por los derechos humanos y por la paz. Por favor, atiende la súplica de los que te queremos y admiramos. Haz frente al invasor marroquí desde la vida.

También en las últimas fechas se ha reclamado y suscrito por parte de algunos intelectuales, periodistas y cinastas la alternativa apuntada en este modesto DdA hace más de una semana de que el rey de España pudiese intervenir, sirviéndose de su amistad con el monarca alahuita, algo que el Gobierno español de momento descarta, no vaya a ser que se entienda como una prueba de debilidad ante Marruecos con la que el Partido Popular pretenda hacer una vez más demagogia y votos.

Antes de llegar a esto, que acaso fuera una decisión en última instancia, el ministro Moratinos confía sobre todo en la intervención mediadora de Estados Unidos, de la que hoy hemos tenido noticia y ya hay precedente con la reconquista del islote de Perejil que el ministro Trillo pregonó en su día como una hazaña bélica. La llamada ayer de la secretaria de Estado Hillary Clinton al ministro de Asuntos Exteriores marroquí puede representar para la diplomacia española, atragantada y medrosa ante el caso Haidar, un auténtico suspiro de alivio que permita entrever su solución. Miguel Ángel Moratinos viajará el próximo lunes a Washington y se reunirá con su colega Taieb Fassi-Fihri en presencia de la señora Clinton.

Ayer, anímicamente reforzada por la carta de sus hijos, que se difundió a través de los medios de información días atrás, Aminetu Haidar fue tan resolutiva en sus palabras como en el prolongado acto de ayuno que ha llevado la vieja y legítima reivindicación de su pueblo a las portadas de todos los periódicos: Marruecos cederá.

Si así fuera, como creo, Aminetu Haidar seguirá haciendo frente al invasor marroquí desde la vida y no seremos moralmente más pobres porque la habremos recobrado para esa lucha, que no es sólo la suya sino la de la dignidad humana ante las adversidades y atropellos que pretenden sojuzgarla. Su incómoda huelga de hambre -escribe hoy Ana Cuevas en Público, con la lucidez que caracteriza a la lectora de ese diario en todas sus cartas-, esa lúcida determinación que no consiguieron truncar el encierro ni las torturas, nos coloca frente a nuestra inmoral complicidad en este asunto. Se trata de determinar cuáles son los intereses y los valores fundamentales que un país democrático debe defender ante todo. Y eso no pude pasar por ceder a los chantajes y amenazas de un estado que viola sistemáticamente los derechos humanos e incumple las resoluciones de Naciones Unidas. Basta con no participar del perverso juego de Marruecos y denunciar alto y claro todos los abusos. Actuando como secuaces del monarca alauí, perdemos mucho más de lo que ganamos. Sobre todo dignidad, algo que a Haidar le sobra a raudales.