¿GANÓ O PERDIÓ MARRUECOS CON HAYDAR?

Félix Población

Para quienes hemos seguido el largo ayuno de Aminetu Haidar, temiendo que su vida pudiese correr peligro de extinguirse ante la indiferencia, la resistencia o la impotencia de los Estados concernidos a impedirlo, acabamos de comprobar una vez más en dos periódicos nacionales que lo que mueve el mundo, como también se ha demostrado días atrás en la Cumbre sobre el Clima en Copenhage, no es la dignidad de las personas ni los sanos afanes de los pueblos, sino la sucia componenda de los intereses económicos. De otro modo no cabe interpretar las versiones dadas por esos dos rotativos con relación al resultado final del caso Haidar.

Para el diario conservador, Marruecos ha vencido en esa pugna, pues en España gobierna el PSOE y no el Partido Popular, tal como ocurría cuando el ministro Trillo dispuso la esforzada conquista del Peñón de Perejil, que como todos recordamos mereció una más pronta solución que la que se le dispensó a la activista saharaui, con una vida humana de por medio. Siendo así, que ZP está en La Moncloa, para el viejo diario no cabe otra que sostener que España ha salido derrotada del envite.

Para reafirmarlo muy al gusto de la clientela del periódico, que no puede ser otra que la que el periódico sustenta, dice haber recurrido ABC a una encuesta en la que seis de cada diez españoles, a los que se le supone afinidad ideológica con el medio, se decantan por la opinión de que el sátrapa Mohamed ha conseguido imponer sus intereses.

El diario El País, sin embargo, no apela a la demoscopia para mantener lo contrario, pues sus informaciones -publicadas ayer domingo- se basan en la interpretación de la prensa oficialista marroquí, que según este rotativo se ha esforzado por justificar y presentar como un éxito del régimen marroquí el desenlace del caso Haidar. Sólo unas pocas publicaciones independientes, de las contadas que puede sobrevivir en aquel país, se permite dudar de que Rabat haya ganado.

Total que una mujer sola y activista de un movimiento que representa a un colectivo sin patria de conciudadanos, pone en juego su vida, está dispuesta a perderla por la causa que defiende, consiguiendo finalmente lo que se le negaba, y la prensa pasa por alto que la victoria es la de su dignidad, para conceder o sustraer el triunfo a los Estados que podrían haber sido cómplices de su muerte. Como para confiar en que este mundo, con la fiebre climática creciente, puede arreglarse en una Cumbre cualquiera.