miércoles, 30 de septiembre de 2009

LA DESGRACIA DE JESÚS NEIRA


Félix Población

El profesor Jesús Neira se ganó en su día merecidos elogios y reconocimiento por su actitud y defensa de una mujer maltratada. De resultas de su acción, Neira sufrió por parte del agresor un golpe que a punto estuvo de acabar con su vida. Durante meses, la opinión pública no dejó de seguir con interés la lenta evolución del profesor a la espera de que su recuperación física fuera un hecho.

Así ocurrió, por suerte, y todos cuantos en su día valoramos y agradecimos a Jesús Neira su acción nos sentimos muy reconfortados cuando asistimos a su primera entrevista ante un medio de comunicación (Antena 3) y pudimos apreciar que Neira estaba bien, apto para presidir el Consejo Asesor del Observatorio Regional de Violencia de Género, organismo dependiente del gobierno de la Comunidad de Madrid.

Sin embargo, y al margen de los provechosos servicios que pueda prestar Jesús Neira en su nuevo cargo, es sumamente deplorable que desde que comparece en los medios de información o en determinados actos públicos su rasgo distintivo más definitorio sea una aversión indefectible y obsesiva hacia el Presidente del Gobierno.

Recientemente, el profesor hizo unos comentarios sumamente zafios en referencia a las hijas de Rodríguez Zapatero que denotan más simpleza que mala baba. ¿Qué ocurre? ¿Que pesan 100 kilos?, se preguntó el profesor en el programa de Sánchez Dragó (Telemadrid) tratando de indagar en la verdadera razón por la que el Presidente del Gobierno está en su derecho de preservar la imagen de sus hijas en la fotografía con el matrimonio Obama.

Neira no preserva la suya. Desde que su figura tiene una entidad mediática, cuya dimensión tan positiva podría ser para atajar el gravísimo problema de la violencia de género, el profesor suele desmarcarse del dignísimo papel que le correspondería jugar en esa materia para centrarse en descalificar al Jefe del Gobierno con chascarrillos y ocurrencias tan parvularias como la del chiste contado con ocasión de la lectura de su pregón en la localidad madrileña de Majadahonda.

Desconozco las razones de un profesor universitario para insistir en un rol tan tosco y ajeno a la formación que se le presupone, pero lo que de verdad me preocupa es que una acción tan noble como la suya en defensa de una mujer maltratada, pueda quedar diluida bajo tanta zafiedad obsesiva como la que le afecta al referirse al Presidente del Gobierno. Sería una desgracia que así fuera, para él y para el cometido que debería corresponderle como presidente del aludido organismo de tan prolija denominación.

7 comentarios:

ALFREDO NARANJO dijo...

La actitudes valientes pueden hacer a una persona vivir de su publicidad y creerse lo que no son. La imagen de Neira no ha dejado de perder autenticidad a medida que se le va conociendo. Llega uno a dudar de lo que hizo un día. Y lo malo es que es Neira el que lo está haciendo posible. Conste que no digo esto porque pueda ser de derechas o de ultraderecha, allá él, es sólo por su actitud humana, por su forma de juzgar a quienes no piensan como él, por atacar al presidente del gobierno de su país de modo personal y no por disentimiento con su política.

Fernando Manero dijo...

No hay que darle más vueltas, estimado amigo. Neira ha entrado en las fauces de la banda que alimenta Esperanza Aguirre para que digan, bramen y escupan todo aquello que ella, por razón de su sinecura, no puede decir. Lo hace Terscht, otrora en las trincheras de Prisa, lo hace Alberdi, que pesebreó lo suyo con el PSOE, lo hacen los que secundan las gracietas de Valenzuela y Buruaga, lo hacen los que se nutren de los presupuestos de la Comunidad de Madrid para orquestar los peculiares métodos de oposición de su cínica y ambiciosa presidenta. Y ahora lo hace Neira simplemente porque cobra, porque asume el papel de mamporrero a sueldo y porque se la suda dilapidar un prestigio que, producto de una actitud momentánea sin duda valiente, no ha tardado en revelar una personalidad menos consistente de lo que parecía. En mi opinión, una explicación tan simple como lógica. Hace tiempo que dejó de interesarme ese personaje.

Anónimo dijo...

Coincido plenamente con lo que dice Fernando y añado más: temo que la actitud de Neira no haya sido del todo la pregonada.

Anónimo dijo...

Yo creo que problema mental más que dinerario, no se puede ser tan simple como basto en las críticas a Zapatero.

Anónimo dijo...

Neira fue miembro del PSOE hasta que llegaron los años de la corrupción de Felipe.
Le hicieron la vida imposible por no callar, atacándole en lo personal.

Anónimo dijo...

Esa no es una razón, es un resentimiento.

Anónimo dijo...

Profesor, un poco de dignidad, hombre.

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