viernes, 24 de julio de 2009

ZELAYA Y LA VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA


Félix Población

El depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya ha dicho en Estelí (ver vídeo), localidad situada a 150 kilómetros al norte de Managua y a 175 de la frontera con su país, que no teme regresar porque no tiene cuentas con la justicia, aunque sé que mi vida corre peligro.

El viaje de retorno se inició en la sede diplomática de Honduras en la capital nicaragüense. Acompañan a Zelaya el canciller venezolano Nicolás Maduro y el comandante sandinista Edén Pastora. También, una caravana de vehículos con nutrida presencia de informadores. Es sumamente importante que no falten a esa cita los notarios de la actualidad porque la ocasión puede hacer historia.

Según la encargada de negocios de la embajada de Honduras en Managua, Victoria Rodas, se están contemplando varias alternativas para que el presidente Zelaya entre en su país: Un punto terrestre con Guatemala, dos puntos terrestres con El Salvador y cuatro por Nicaragua, así como varias posibilidades de ingreso furtivo por puntos terrestres del interior o por vía aérea.

Al otro lado de la frontera con Nicaragua ya hay dos pasos fronterizos en lo que se han aglutinado los partidarios del depuesto presidente para proteger y arropar su retorno. Su presencia obedece a la llamada hecha por el propio Manuel Zelaya, previa advertencia a las Fuerzas Armadas de que se sometan a la autoridad que el pueblo eligió y no se manchen las manos con la sangre de su Jefe de Estado.

El presidente hondureño se va a jugar hoy la vida con su regreso al país. Lo hace en nombre del valor y dignidad que le merecen la voz y los votos de quienes lo eligieron democráticamente como primer mandatario. Para darse idea del riesgo que corre basta saber, según informes de una misión internacional de derechos humanos radicada en Honduras, que la situación en este sentido comienza a ser catastrófica. La comisión, integrada por juristas, forenses y sociólogos europeos y americanos, ha recabado ya evidencias de tres desapariciones, media docena de asesinatos y centenares de encarcelamientos arbitrarios.

Jamás un dictador depuesto puso en juego su vida regresando al país que lo derrocó. Si Zelaya pone en juego la suya con su retorno es porque sabe que su decisión obedece a la más cabal y fidedigna interpretación del dictamen popular. No es sólo la integridad física del presidente la que está en juego. De derramarse, su sangre podría abrir otra vez las venas de América Latina.

RedDIARIO
Las derechas que apoyan a Micheleti. (Página/12).

 Ejército de facto hondureño bloquea frontera con Nicaragua

Bloqueda la frontera por el ejército golpista,
el golpista Micheleti pide al presidente Zelaya que
desista de su "pretensión de provocar violencia."

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